Hondarribia es conocida principalmente por su oferta gastronómica, su imponente recinto amurallado y sus atractivas calles, pero este municipio esconde otros tesoros naturales menos conocidos.

En el monte Jaizkibel, se encuentran algunas de las calas más salvajes de la zona, y entre todas ellas destacan las Bañeras del Jaizkibel, también conocidas como Iturraingo Erreka.

Estas pequeñas pozas de agua dulce se forman en el monte, donde un río desemboca en el mar tras recorrer unos acantilados rocosos. Este fenómeno natural da lugar a curiosas cavidades que se llenan de agua fluvial, permitiendo disfrutar de un baño refrescante a pocos metros del mar.

El entorno es especialmente atractivo por su tranquilidad. Las Bañeras del Jaizkibel son un lugar poco concurrido, donde el sonido de las olas se mezcla con el murmullo del agua que desciende del monte.

Aunque el baño se realiza sobre rocas, el espacio permite extender la toalla cómodamente. Es recomendable llevar escarpines para moverse con seguridad y prepararse para el contraste térmico, ya que el agua fluvial suele estar bastante fría.

Bañeras del Jaizkibel llegarsinavisar.com

Ruta sencilla

El acceso a este paraje natural no presenta grandes complicaciones. El punto de partida es el Bar Restaurante Justiz, una situado en las faldas del Jaizkibel, ideal para hacer una parada gastronómica antes o después de la excursión.

Desde el aparcamiento, basta con seguir la pista blanca que desciende por la ladera. El primer tramo transcurre bajo la sombra, pero pronto el sendero se abre al sol, por lo que es aconsejable llevar protección solar, especialmente en los meses de verano.

En aproximadamente diez minutos se llega al destino, aunque el regreso puede llevar algo más de tiempo debido a la pendiente. Durante el trayecto, es habitual cruzarse con animales que pastan en la zona, como vacas y caballos, lo que aporta un toque rural a la experiencia.

Las Bañeras del Jaizkibel ofrecen una experiencia diferente para quienes buscan un rincón natural y auténtico en Hondarribia. Sumergirse en sus pozas, rodeado de naturaleza, es una vivencia que merece la pena descubrir.

Imprescindible para la salud

Pasear por la naturaleza ofrece múltiples beneficios para la salud física, mental y emocional.

En un mundo cada vez más acelerado y conectado a la tecnología, salir al aire libre y disfrutar de entornos naturales puede ser una actividad sencilla pero extremadamente valiosa para mejorar el bienestar general.

Caminar por zonas verdes es una forma de ejercicio que fortalece el sistema cardiovascular, mejora la circulación y ayuda a mantener un peso saludable.

El aire fresco y puro también contribuye a mejorar la capacidad pulmonar y a reducir el riesgo de enfermedades respiratorias.

Mejora la salud mental

Asimismo, uno de los aspectos más destacados de pasear por la naturaleza es su impacto en la salud mental. Diversos estudios han demostrado que pasar tiempo en entornos naturales reduce el estrés, la ansiedad y la fatiga mental.

La naturaleza tiene un efecto calmante que ayuda a desconectar del ajetreo cotidiano, disminuyendo los niveles de cortisol, la hormona del estrés.

Además, el contacto con espacios verdes mejora la concentración, la memoria y la creatividad, ya que proporciona un descanso mental del entorno urbano y digital.