Las representaciones con actores de la historia de Jesús, desde su nacimiento hasta la adoración de los Reyes Magos es una tradición que se mantiene en muchos pueblos y villas.
Belén viviente de Hondarribia (Gipuzkoa)
Sagarzazu
Cerca de 65 personas voluntarias de todas las edades dan vida a arrantzales, baserritarras y paisanos en los jardines Gernikako Arbola en un escenario mágico salpicado por casitas y réplicas de construcciones de Hondarribia. Se trata de una de las tradiciones más entrañables de este pueblo. Los hondarribitarras aguardan cada año este momento que atrae también la atención de muchos visitantes. Este año se celebra el 30 de diciembre.
Belén viviente de Santillana del Mar (Cantabria)
Ayto. de Santillana del Mar
Son los niños y niñas de Santillana del Mar los que representen en la plaza Mayor escenas relacionadas con el nacimiento de Jesús, remontándose al edicto censal romano, el viaje de María y José a Belén, la Anunciación del ángel a los pastores, entre otras. Villancicos y una chocolatada son un plus para los participantes y espectadores.
Belén viviente de San Esteban de Gormaz (Soria)
San Esteban de Gormaz
En esta ocasión el escenario de fondo es el río Duero, junto al que los vecinos de este pequeño pueblo de Soria reviven la tradicional representación del belén viviente.El paraje del Sotillo se convierte en un escenario de estilo románico. La representación se realiza el 25 de diciembre.
Belén viviente de Alcanadre (La Rioja)
Belén Viviente de Alcanadre
Otro belén en el que los vecinos se vuelcan en darle vida. Más de 150 vecinos de Alcanadre escenifican desde hace más de 50 años el nacimiento de Jesús con animales reales en las laderas del monte Viso. Uno de sus atractivos es que cuenta con una cuidada iluminación artificial que permite ver pero no rompe la magia. Se representará los días 25 y 30 de diciembre y el 1 y 6 de enero.
Cerca de 65 personas voluntarias de todas las edades dan vida a arrantzales, baserritarras y paisanos en los jardines Gernikako Arbola en un escenario mágico salpicado por casitas y réplicas de construcciones de Hondarribia. Se trata de una de las tradiciones más entrañables de este pueblo. Los hondarribitarras aguardan cada año este momento que atrae también la atención de muchos visitantes. Este año se celebra el 30 de diciembre.