El primer domingo de septiembre siempre es especial en el Cantábrico. Es ese día en el que el foco se pone en un deporte de tradición y de arraigo como es el remo. El segundo es el que te encumbra, pero la llegada del primero es esperada. Esta mañana, a las 12.00 se va a disputar la 128ª edición de la Bandera de La Concha, la regata más prestigiosa del verano. Es por ello que nadie escatima esfuerzos después de todo un verano de pelea en el agua, nadie se la quiere perder. Es más cansancio, más desgaste, físico y mental, más trabajo. Pero bendito cansancio, bendito desgaste y bendito trabajo. Hondarribia, Donostiarra, Orio, Getaria, Bermeo, Zierbena y Ondarroa van a ser las ocho embarcaciones que intenten llevarse la bandera más valorada del curso. Unas parten con más o menos opciones, pero a estas alturas en esta regata hemos visto de todo. El remo es un mundo aparte y La Concha tiene vida propia.

Bermeo parte como favorita a revalidar el título a tenor de lo visto a lo largo del verano. Una trainera que ha ganado diez regatas de 17 disputadas y que se ha mostrado dominadora a lo largo del verano ha de llevar esa vitola. Es verdad también que cuando ha tenido un día malo ha caído a una sexta o una séptima posición. Lo normal es que en La Concha no les ocurra, pero esto es deporte y en deporte estas cosas pasan. Y para aprovechar cualquier error van a estar con el ojo puesto en la mira dos embarcaciones del nivel de Hondarribia y Zierbena, que intentarán romper esos pronósticos. El potencial de la Ama Guadalupekoa es de sobra conocido, con la regularidad por bandera. Con Zierbena hay que ver hasta donde es capaz de llegar, da la sensación de que al no tener que prestar atención a los cupos para esta prueba puede tener un margen de mejora amplio. Lo que es seguro es que Bermeo no se puede descuidar. El formato será como siempre distinto al de liga, a dos largos y no a cuatro como en liga. A unos botes de este calibre la adaptación a ello no les debería suponer un problema mayúsculo, pero hay que adaptarse, y eso es un trabajo extra.

Hondarribia y Zierbena bogarán en la primera tanda junto a Orio y Donostiarra. Una tanda sin duda fuerte en la que el ritmo se espera que sea alto. Las cuatro han logrado ganar una bandera esta temporada, una muestra del nivel de las embarcaciones. A priori, debería ser mejor llevar esa referencia a los costados, también puede suponer una presión añadida ver que alguna embarcación se pueda escapar. También habrá que ver hasta donde son capaces de acercarse la San Nikolas y los anfitriones, que si tienen un buen día pueden estar arriba perfectamente, no sería un pronóstico descabellado. Lo normal es que la tanda sea para los de Mikel Orbañanos y los galipos, pero el potencial de las otras dos embarcaciones guipuzcoanas no se puede ni mucho menos obviar. La mejoría de Orio es evidente y Donostiarra ha demostrado las últimas temporadas que se siente cómoda en estas aguas.

Bermeo partirá desde la segunda tanda, junto a Getaria, Cabo y Ondarroa. Lo esperado es que la Bou Bizkaia meta la branka por delante desde los primeros metros y esté pendiente en todo momento de los tiempos de la tanda anterior. Luego el mar dictará sentencia y pasará lo que tenga que pasar, la Esperantza, los de Boiro y los de Iñaki Errasti van a intentar no despegarse, estar cerca, y dar la campanada, teniendo seguramente claro que será muy difícil. Según se de la regata quizá ganar la jornada pueda pasar a un segundo plano y el objetivo sea llegar al fin de semana con la menor pérdida posible. Esto vale para cualquiera de los botes, pero en especial para las que se espera que peleen por el título. Si en esta tanda ocurre lo esperado, Getaria, Cabo y Ondarroa pugnarán por entrar a la zaga de Bermeo, pugna que apunta a estar entre los de Ion Larrañaga, que repiten participación por segundo año consecutivo, y la representante gallega, que vuelve después de quedarse fuera el año pasado, separadas por un punto en la general en liga.

La primera alegría del fin de semana a buen seguro habrá sido evitar las condiciones climatológicas de la mañana de ayer, principalmente porque competir hubiera sido una quimera. Para hoy la cosa cambia y las condiciones serán más halagüeñas. No será tampoco sencillo, el viento no será excesivamente alto, aunque sí puede ir aumentando durante la sesión, con rachas que pueden llegar a los 16 kilómetros por hora y olas que van a estar en torno al metro de altura. La bajamar está prevista para las 13.30, por lo que a medida que avance la sesión las condiciones se irán endureciendo, máxime con el alto coeficiente de marea previsto.

Tenemos las ocho embarcaciones, tenemos las condiciones meteorológicas, y tendremos a buen seguro el tradicional buen ambiente alrededor del puerto y de la Parte Vieja donostiarra, con las aficiones de las embarcaciones mezcladas entre sí. Un día de tensión, pero también festivo. De eso se trata el deporte.