hondarribia - Es del Deportivo de la Coruña desde pequeño “por el superdepor”, y hoy es una pieza clave del “superhondarribia” que ha dominado las dos últimas ligas y aspira a alzarse mañana con La Concha. Iñigo Sagarzazu (Hondarribia, 1992) quiere estrenarse en el palmarés de la bahía, tras perder la bandera en su debut el pasado año cuando llegaron con ventaja a la regata decisiva. “Ahora solo nos queda atacar” para remontar los 1.78 segundos que defiende Urdaibai, su rival en esta batalla de colosos.

Hoy (por ayer) todos descansan en el pueblo, menos ustedes...

-Así es (ríe). Mientras la mayoría estaban durmiendo a la mañana, nosotros hemos tenido entrenamiento.

¿Cómo vive un día 8 de septiembre en Hondarribia un remero del pueblo?

-Te despiertas a la hora de siempre, con el Alarde ya empezado... Me di una vuelta con la familia a la mañana, vi un poco el desfile y comí el menú de cualquier día. Y a la tarde, a La Concha a entrenar. Nada especial.

¿Hay pautas prefijadas para aislarse de las fiestas?

-Desde el club no nos dan pautas, pero cada remero intenta organizarse para desconectar de la fiesta y el ambiente del pueblo. También, al tener entrenamientos, ya piensas en ello durante todo el día.

Pero los fines de semana de La Concha sí que les concentran, ¿no?

-Eso es. Solemos concentrarnos en un hotel desde el sábado al mediodía, al terminar el entrenamiento en Donostia.

¿Cómo pasan las horas previas a la gran cita?

-Pues, por ejemplo, este pasado sábado nos fuimos varios al cine a ver una película. Otros a ver Herri Kirolak... Tratamos de salir a la calle, desconectar por un rato de la regata y hacer piña entre nosotros.

Y para remontar a Urdaibai, ¿qué pauta seguirán?

-Salir a morir en la regata. Ellos son favoritos, porque tienen una ventaja mínima, y nosotros intentaremos demostrar lo que todo el verano, que sabemos quedar delante de ellos, porque quien gane de los dos se llevará la bandera. En la mar, el 1.78 segundos de diferencia que hay no creo que vaya a servirles, las diferencias serán mayores entre ambos.

¿Dónde estará esa clave que decida la bandera?

-Primero habrá que salir bien y tratar de aguantar el ritmo en la ida, y aplicar nuestra remada, pero viendo que han dado algo de oleaje (1,6 metros de ola), el primero que coja la ola cogerá la cabeza... y ahí puede estar la clave. En esos dos primeros minutos después de ciaboga, donde el otro día Urdaibai nos recuperó tiempo. Ahí igual fallamos nosotros un poco y ellos lo hicieron perfecto.

¿Es la parte que quieren redondear?

-Sí, porque la regata fue muy buena, la trainera corrió mucho e hicimos un final de regata en la bahía fenomenal. Pero, si bien las condiciones no fueron las mismas, porque el viento varió de rumbo de tanda a tanda, creo que podemos hacerlo mejor en ese punto.

La dinámica de los resultados dice que Urdaibai llega mejor. De las últimas cinco regatas -descontando la clasificatoria de La Concha-, se han adjudicado cuatro.

Realmente, ya sabíamos que su equipo es fortísimo. Al principio de verano estábamos un punto por encima, y se ha visto que en agosto se han venido arriba. Hace falta también tener fortuna con todo y, sin desmerecer sus triunfos, por supuesto, creo que en algunas regatas no hemos tenido tanta suerte como ellos. Por ejemplo, el domingo de Portugalete con las calles.

¿El factor psicológico no cree que está influyendo tanto o más que lo deportivo en vuestra batalla?

-No sé, nuestro equipo, al menos, tenemos claro que cada regata es distinta y que, haciendo nuestro trabajo bien, somos capaces de ganar a cualquiera. En Hondarribia ni nos venimos arriba cuando ganamos, ni nos deprimimos al perder.

A 24 horas de la regata, ¿cuál es el ánimo del equipo?

-Estamos convencidos que, si aplicamos lo que queremos en el agua, nos podemos llevar la bandera. Solo por luchar por ella somos afortunados, así que estamos muy ilusionados.

En esta igualdad, ¿prefiere llegar por delante o por detrás al segundo domingo?

-En mi caso, me siento mejor este año. El año pasado es verdad que era también mi debut y por eso también podía estar más nervioso, pero lo estoy llevando mejor esta semana. Al final, con desventaja, solo te queda atacar. En cambio, cuando vas por delante, aunque sea sin querer, tienes la sensación de que sales al agua a defender el primer puesto y podía comerte un poco la moral. Este año solo tengo en la mete quitarles la diferencia.

Orbañanos alineó el domingo pasado en el bote a cinco remeros de Hondarribia menores de 27 años. ¿Qué valor le da a ello?

-Es muy especial. Son los frutos de un trabajo que se ha ido fraguando durante años. Con muchos de mis compañeros llevo remando desde que éramos cadetes. Toda la vida yendo a viajes juntos, aprendiendo a remar. A mí me enorgullece poder ganar tantas banderas con gente de casa. Cada club tiene su estilo, y hay quienes prefieren fichar, pero está claro que la forma de trabajar de Hondarribia es más factible, porque los chavales quieren estar aquí y tienes un bloque para muchos años. Yo no me veo poniéndome el mono de otro club. No me haría la misma ilusión ganar con otra trainera.

Es el único título que le queda, tras solo dos años en el bote. ¿Teme a la ansiedad?

-Los veteranos ya nos lo dicen: vosotros estáis acostumbrados a lo mejor, a ganar mucho. Tengo claro que he de disfrutar cada momento, tomarme las cosas con paciencia. Del pasado no se vive, de momento, así que intento trabajar día a día y soy joven, me quedan muchos años para remar y no tener que ponerme nervioso por no conseguir este año la bandera.

Ganar La Concha sería...

-El summum. Todos soñamos con remarla y ganarla desde pequeños. Es especial por la importancia que le dan los remeros, es como ganar la Champions en el fútbol. Marca tu trayectoria.