Sestao - No ha sido un año sencillo para Korta. Los problemas comenzaron en el inicio del curso con una plantilla reducida y las cosas se fueron agravando con el paso de las jornadas. El vestuario de Kaiku “ha sido un gallinero” y el técnico de Orio no ha podido imponer su jerarquía. Esta situación deja en el aire su futuro en el club sestaoarra, aunque antes debe disputar la Bandera de La Concha y competir al máximo es lo único que pasa por la cabeza del director técnico de la Bizkaitarra.

¿Qué balance hace de la actuación de Kaiku en la primera jornada de la Bandera de La Concha?

-Me quedé contento. Hicimos buena regata aunque fuimos por una calle que no queríamos. Salimos un poco precipitados porque no llegábamos y teníamos que arriesgar. Metimos mucho ritmo y nos pusimos delante, pero sabíamos que a la vuelta lo íbamos a pagar y así fue. Aun y todo hicimos una vuelta bastante buena a pesar de la corriente, que fue tremenda y cruzaba todo el campo, tirándonos más de lo normal hacia Igeldo, algo que nunca había visto.

¿Regata dura entonces?

-Regata blanda no hay ninguna. Eso sería en el caso de ir primero en la ciaboga, con diez segundos de ventaja y aumentando. Aun así, hay que darle, pero por lo menos estás haciendo lo que estás acostumbrado. Lo malo es cuando estás atrás, quieres seguir, sales de tu ritmo y haces veinte minutos con el motor caliente.

¿Vivieron eso ustedes durante la regata?

-Al final ya sabíamos que no le íbamos a pillar a Hondarribia. Intentamos estar cerca y aguantar sabiendo que era un bote más rápido y que nos ha ganado prácticamente en todas las regatas. Aun así, creo que hicimos buena regata y no sé si la pelea que tuvimos con Orio nos hizo perder algún segundo de más.

¿Cómo vio esa lucha con los oriotarras?

-Orio fue el más perjudicado porque se metió en una guerra que no podía ganar. En vez de aprovechar que tenía mejor calle que nosotros, intentó hacer todo lo contrario que tiene que hacer un patrón bueno, estorbó al otro. Mantuvimos la cabeza fría y salieron perjudicados porque San Juan les pasó por detrás. Se equivocaron completamente porque lo que tenían que hacer era seguir a Hondarribia, que se iba marchando. Lo que pasa es que hay veces que el patrón se ceba en ir contra el otro y eso es lo que hizo. Si hubiera sido mi patrón el que hizo eso, hubiera tenido bronca y probablemente se quedaría fuera en la segunda regata porque perjudicó más a su club de lo que nos hizo a nosotros.

No fue la única polémica del día.

-La regata de La Concha es una charlotada. Por ejemplo, los entrenadores no nos dejaron seguir a los remeros con la motora en el calentamiento. Salí bastante cabreado. Es lo que pasa ahora, cualquiera que manda, llega al poder y parece que ha inventado el remo. Es una dictadura y han perdido todo el respeto por el deporte.

En el próximo domingo Kaiku bogará en la tanda de honor, ¿cuál será el objetivo?

-Este domingo vamos a salir a tope, hasta dónde se pueda y a ver si se meten en una guerra los dos de delante. Tenemos que hacer nuestra regata ya que sabemos que son mejor equipo que nosotros. Estamos muy justitos, hemos tenido pocos cambios durante toda la temporada y se nos ha hecho largo. El domingo pasado hicimos una de las mejores regatas de la temporada y eso nos da ánimos. Podemos ser terceros y lucharemos por estar delante de ellos si se puede.

Competir van a competir.

-Está claro. La mentalidad del bote y la consigna mía será esa. Tenemos que salir a hacer nuestro trabajo y no podemos estar pendientes de los demás. Si lo hacemos bien, no estaremos lejos. Está claro que Hondarribia y Bermeo se jugarán la bandera en pocos segundos. No creo que haya diferencias y además tienen tripulaciones capaces de navegar sin importar cómo esté el mar. Va a ser una bonita regata entre los dos y esperemos estar cerca.

¿Por quién apuesta?

-Me gustaría que ganara la bandera el que se lo merezca, pero parece que no lo va a ser. Me da lo mismo gane quién gane porque con todo lo que ha pasado en el mundo del remo, parece que todo es válido.

¿Qué tal está el vestuario?

-Este año no ha habido vestuario, ha sido un gallinero y hemos estado peleando. Cuando hay quince señores solo, saben que tienen el puesto seguro y mandan más ellos que el entrenador. Ha sido una temporada muy difícil para mí y ha sido duro llegar al final de la temporada. Me ha costado más tener la trainera en el agua que andar rápido.

¿Cómo le ha afectado está situación personalmente?

-Desde febrero he pensado siete veces al día marcharme a casa. Ya les he dicho a los remeros que no estoy aquí por ellos, estoy por la gente del club y por los patrocinadores. Está claro que hay que hacer una limpieza, o sobro yo o sobran algunos remeros que están en la plantilla. Broncas siempre ha habido, pero este año ha sido más difícil porque si hay problemas con un remero, se le deja fuera, pero aquí no puedo hacer eso.

Esta situación debe cambiar todo el planteamiento de cara al curso.

-Lo único que he intentado era salvar la temporada y lo he conseguido. Al principio del año, el objetivo era pelear más, pero empezamos con 19 remeros y hemos acabado con 15. Pensaba aprovechar a alguno del bote filial pero también tuvieron bajas y en la regata que metí a tres chavales, no sé si fue por ellos, pero no quisieron apretar. Hay algunos que no dan la talla, pero perder tanto tiempo como perdimos en Castro Urdiales, fue un ridículo muy grande.

¿Su continuidad en Kaiku queda en el aire?

-Hay gente que está diciendo: “Él o yo”. Esta claro que no podemos seguir así. Hay remeros a los que no les puedo exigir nada y esto ha sido un gallinero, pero sin un jefe. Aunque no todos han sido así, también hay muchos que han dado todo lo que han tenido. Mientras que hay personas que no deberían estar aquí, no deberían vestir este año la camiseta de Kaiku. Pero todos vamos dentro del mismo bote y el entrenador está en la motora y aunque ve muchas cosas, no puede decir lo que quiere.

¿Qué les ha llevado a esta situación?

-El problema es que al empezar la temporada ya estábamos justos. En la primera regata ya perdimos a dos. No remaron en Sevilla y ya no quisieron remar más. Nos quedamos con quince y pensábamos en alguno del bote filial para dar los cambios y ofrecer frescura, pero no hemos podido. Ha sido un logro no tener ningún lesionado porque si no tendríamos que haber salido con uno o dos menos. O tendría que remar yo, aunque no puedo porque no tengo ficha ni quiero hacerme. No quiero tener por la gentuza que mueve el remo porque ya me han violado tanto que no quiero saber nada de ellos.

¿Cuál es la espina que le queda después de todo esto?

-La única espina que tengo es que me tendría que haber marchado en febrero. Tenía un compromiso, hay un presidente nuevo en el club, que trabajó mucho por conseguir patrocinadores y apostó por mí. Para mí lo más fácil era irme, pero si he dado la palabra, voy a pelear hasta el último momento y el mayor triunfo de Kaiku es que en septiembre la trainera esté en el agua.

¿Cómo ha llevado vivir una temporada sin victorias después haber ganado tantas cosas en su carrera?

-En el deporte no es solo ganar, es estar a gusto con lo que estás haciendo. Por ejemplo, he dejado clubes ganando todo. Fui a Castro, a Kaiku... he hecho movimientos raros. Por ejemplo, en el 97 acabé en Orio ganando todo, era funcionario en el ayuntamiento de Orio... y vine a Castro a un club que estaba en segunda o en tercera división. También se disfruta en esos casos. Lo que hay que pensar es hasta dónde se puede llegar. Muchas veces he remado para no ser último y la satisfacción es igual. Todos no pueden aspirar a ganar y lo bonito es cuando hay gente que tiene esa ilusión. Eso era así los primeros años que vine, cuando había esos remeros que ahora, si les dices algo, miran para otro lado.