Síguenos en redes sociales:

"Nuestra fuerza es el potencial humano"

Tras siete años en Astillero, Jon Salsamendi coge las riendas de Urdaibai con el objetivo de reconstruir un proyecto ganador. Sabe que en Bermeo solo se puede mejorar la temporada anterior consiguiendo un título, pero el entrenador oriotarra acepta el reto

"Nuestra fuerza es el potencial humano"Juan Lazkano

Bermeo. ¿Ha sido duro dejar Astillero después de tantos años?

Me costó bastante afrontar el cambio. En Orio estuve 20 años y no me costó tanto salir porque ellos me dejaron claro que no era buen momento para estar allí. Me costó personalmente, pero no profesionalmente. En Astillero, tras siete años en los que hemos vivido muchas aventuras de todo tipo y que han hecho que tenga una vinculación y un cariño por el club, la relación se rompió porque estaba en unas condiciones personales y laborales insostenibles. Surge la posibilidad de venir a Bermeo, pero hasta no ver que era imposible seguir en Astillero no doy demasiados pasos. Una vez que no es posible seguir en Astillero, lo primero que hice es hacer una especie de chequeo a la plantilla. Ese cara a cara era a lo único que me podía agarrar al no conocer el sitio ni a la gente del club. Tengo que decir que desde ese momento no tuve ninguna duda en venir a Bermeo.

¿Qué ha supuesto para usted fichar por Urdaibai?

Para mí, más que un reto, supone una gran oportunidad de ser responsable de un proyecto al máximo nivel en el mundo de las traineras. Me veo con capacidad y fuerza para afrontar un reto de este tipo y, siendo Bermeo quien me da esta oportunidad, aterrizo con muchas ganas de afrontar este tipo de reto.

¿Cómo valora la plantilla que se ha encontrado?

Es una situación inicial especial, porque tanto por reglamentos y leyes, como por el momento y la situación en la que yo llegué aquí, tenía muy pocos datos y sabía que el 95% de la plantilla quería seguir. Los entrenadores normalmente hacemos la plantilla a nuestro gusto y yo opté por no entrar como un elefante en una cacharrería y sacar el máximo provecho de todos los recursos humanos que ya estaban comprometidos con el club. Ha habido incorporaciones porque también ha habido bajas. Pero de los que estaban y querían seguir, ninguno se ha quedado atrás. He querido conocerlos y sacar el máximo de ellos. He tenido suerte de que, planteando en el inicio del invierno que íbamos a estar más de los que luego se iban a quedar, los remeros asumieran ese riesgo. Durante el invierno les he dado a todos el mismo número de horas de vuelo y de la misma calidad para que cada uno se exprese y no ha habido muchas sorpresas. La gente ha respondido muy bien.

¿Habrá dos versiones de Urdaibai por los cupos?

No tenemos problemas en ese aspecto. Entrenando hago alineaciones sin pensar en el reglamento y luego miro a ver si cumplen con los cupos. Hoy por hoy el acierto es del 100%. Tenemos siete canteranos y 15 propios.

¿Cuál es el objetivo para 2013?

Nadie me ha marcado un objetivo. Evidentemente, habiendo aterrizado este año es complicado plantearse objetivos concretos. Es hablar por hablar. Si el club ha optado por un relevo habiendo hecho el año pasado la temporada que se hizo, es evidente que quieren más. Lo del año pasado solo se puede mejorar ganando algo. No escapo de esa ambición que tenemos, pero hay que dar pasos en firme y no acelerar el proceso. Tenemos que demostrar que somos un equipo 100% de tanda de honor y estar cada semana en situación de poder aspirar a ganar banderas. Si eso ocurre, tras seis o siete jornadas, uno puede soñar con concretar objetivos. Hacerlo ahora es una fantasmada.

¿Ha captado el equipo su manera de trabajar o estaba muy marcado por los anteriores entrenadores?

No ha habido problemas. Habría que preguntarles a ellos, pero estoy satisfecho y contento de que, a pesar de que uno puede pensar que la mayoría de estos remeros tienen ya una gran trayectoria y son de un molde recio, para mi sorpresa me encontré con una tripulación totalmente abierta, totalmente dispuesta al trabajo. Gente que lo ha ganado todo se pone el buzo todos los días y quiere aprender cada día. Todavía son moldeables y para mí eso es un chollo. Luego ya veremos si acertamos, pero esperaba más dificultad a la hora de poder entrar ahí. Reconozco que ha habido un periodo inicial de dos o tres meses en el que he sido más observador que ejecutor, porque creo que hay que entender las cosas. No ha habido ningún problema desde el principio y es lo que más tranquilidad me está dando para afrontar esta temporada.