Donostia. Con el ascenso de aquella Enbata que viviría su esplendor de la mano de José Ramón Mendizabal, Mendi, las dos jornadas de la Ikurriña de Zarautz pasaron a ser puntuables para la Liga San Miguel. Este fin de semana, la regata mantiene su fidelidad liguera pese a la ausencia de la embarcación local, que también arrancará el aplauso a su afición. "Para nosotros es la regata más importante del año". A Hegoi Intxauspe, el remero y entrenador de Zarautz, no se le ha ido la cabeza. La tiene centrada mañana a las doce del mediodía, cuando su tripulación participe en la II Bandera de Zarautz.

"Toda la temporada -agrega Hegoi- hemos tenido esta regata en la mente", lo cual tiene un riesgo: "Solo espero que la presión por querer hacerlo bien en casa no nos pueda, como ha sucedido alguna vez. Hemos trabajado para ello, porque rara vez salió bien nuestra regata".

Hacerlo bien significa "ganar nuestra tanda -ante Santoña, Deusto y la Donostiarra- y esperar" al desenlace de la tanda de honor, con los cuatro cocos: Portugalete, Zierbena, Lekittarra y Santurtzi. "En la mar, hemos podido meter el morro ahí, pero sin lograr banderas. Para ganar hace falta suerte" -como la que tuvo Deusto en Pasaia-, además de madurez, de lo que no andan sobrados en Zarautz Inmobiliaria Orio: "No hemos tenido fortuna con las lesiones. Somos cuatro gatos los que tenemos algo de experiencia, y Ekhi Illarramendi, una pieza básica, lleva todo el año en el dique seco", lo mismo que el joven Markel Garciandía. "Nos movemos con dieciséis remeros y dos patrones", puntualiza. La baja de Ekhi ha llevado a Hegoi a estribor, lo que le ha costado al técnico varios problemas musculares.

Aunque pueda resultar paradójico, Zarautz está disfrutando "más en la ARC que el pasado año en la ACT", donde por perder perdió hasta la autoestima. "Fue un año muy duro", se sincera Intxauspe, que cogió el difícil toro que había triunfado en las mejores plazas con Mendi e incluso con Kike López. "Sabíamos que sería un año difícil y nos mentalizamos para ello, pero aun así se hizo muy duro. Entrenábamos bien pensando que en la próxima regata íbamos a eludir el último puesto, pero éramos últimos. En la siguiente semana, lo mismo: íbamos con buenas sensaciones creyendo que no seríamos últimos, y no salíamos de ahí".

Se consumó el descenso, y Zarautz ha iniciado otro ciclo "con muchos jóvenes con los que en 2010 empezamos a trabajar en la segunda trainera con la idea de adelantar trabajo", explica Intxauspe, orgulloso de la "ilusión y las ganas de aprender" de sus pupilos. Con estos mimbres, "todo es más fácil. Estamos gozando del remo, algo que con la situación que vivimos en 2010 era muy difícil".

En su debut al frente de su Zarautz de toda la vida, Hegoi vivió un descenso, pero "siempre noté la confianza de los remeros". Este año, aún más si cabe: "Todos tenemos mucha confianza en todos. Si uno falla, el de al lado va a responder. Físicamente no somos un bloque fuerte, pero en compromiso somos muy potentes".

Las arrobas de compromiso palían la habitual falta de vatios en la Enbata: "Somos un equipo ligero, con una media de 72 kilos, que es muy baja. Tenemos un remero de 60 kilos, dos de 64... Son chavales de 19 años aún por hacer", lo que hace pensar que 2012 será mejor que 2011 y peor que 2013. "Trabajamos a largo plazo, pero con idea de crecer lo antes posible".

Pero crecer no es sinónimo de ascenso. "Para subir, hace falta dinero. Si no lo tienes, puedes aguantar arriba un año o dos, y vuelves a bajar. Para estabilizarse, hace falta dinero para invertir en infraestructura, mantener a los remeros... Si no hay la capacidad económica necesaria, soy partidario de no subir y asentarnos desde abajo. El club está trabajando para ello y veremos hasta dónde podemos crecer en 2012".

De abajo "llegan chavales. Tenemos infantiles, cadetes, juveniles... cuando otros años no había nada. Ahora todos los años pasamos nuevos seniors, y eso es bueno para el club".