Si no es por la actuación arbitral es por infortunio o por un regalo, como el que concedió en el descuento, pero el caso es que el Sanse sigue sin ganar y ya van tres meses sin hacerlo. Ante la Ponferradina, a decir verdad, mereció mejor suerte y pudo puntuar tras igualar dos veces el marcador, pero, una vez más, no pudo ser (3-2). Las notas positivas del bando blanquiazul las protagonizaron el debut del lateral izquierdo estadounidense Jonathan Gómez, que dejó una buena impresión con sus internadas en ataque (en una de ellas provocó el penalti) con la camiseta txuri-urdin y la acción del gol del empate a dos de Lobete en una gran acción de Urko González de Zárate.

Tras un comienzo con intercambio de oportunidades (Yuri la tuvo para los locales; y Turrientes y Robert Navarro lo intentaron por los realistas), la Ponferradina marcó un gol que no debió subir al marcador si el árbitro hubiera señalado la falta a Lobete en el origen de la jugada que finalizó Erik Morán. De esta manera, con este polémico tanto, llegó el descanso para un Sanse que vuelve a sufrir las injusticias arbitrales en una temporada aciaga.

Tras el descanso, el filial txuri-urdin tuvo entre ceja y ceja el área local hasta que consiguió igualar la contienda con el penalti convertido por Karrikaburu (demostró mucha sangre fría en su lanzamiento) y que fue cometido por el portero sobre Jonathan Gómez.

No obstante, Yuri, el goleador de la Ponferradina, tampoco falló desde los once metros para poner a su equipo de nuevo por delante tras un penalti cometido por el central Clemente.

El Sanse no se rindió y empató en el minuto 80 con un buen gol de Lobete, que tiró cruzado tras recibir un genial pase de Urko, en una gran jugada del defensa alavés.

Pero cuando saboreaba el punto un fallo defensivo permitió que Edu Espiau dejara los tres puntos en El Toralín. Así es imposible