La expedición de la Real ha abandonado Sevilla con algo más de media hora de retraso después de una noche larga que ha pasado factura a alguno de los futbolistas. En concreto, al lateral arrasatearra Andoni Gorosabel, al que se le han pegado las sábanas y varios miembros de la expedición han acudido a despertarle a su habitación.

La noche ha sido larga en el hotel de concentración, desde la llegada de La Cartuja, donde el partido terminó cerca de las 23:30 horas, la posterior cena y las celebraciones, en las que la exultante alegría y el cansancio por la tensión acumulada en un año difícil se mezclaban.

El hecho de regresar con la Copa y de disponer de un vuelo chárter han hecho sin duda mucho más llevadero este simpático contratiempo...