Un 10 en todo (2-1)
Un Oyarzabal antológico celebra el décimo aniversario de su debut con un doblete que permite respirar a una Real en línea ascendente
La Real tiene un fenómeno en sus filas. Y lo mejor de todo es que lleva diez años en sus filas sin haber escuchado los cantos de sirena que le han ido llegando de fuera. Aunque muchos no lo quieran ver y no se lo reconozcan, incluso le intenten boicotear de forma lamentable, Zubieta ha producido un 10 en casi todo. Un hecho casi insólito. Un futbolista increíble, que es capaz de hacer de todo, que puede jugar de maravilla donde le pongan. “No es un 9”, “No es un mediapunta”, “Tras la lesión no puede jugar en banda”, “Solo juega bien en la selección”… Disculpen, es un fenómeno. Un jabato. Tira del carro del equipo cuando más se le necesita, siempre da la cara y encima marca diferencias. ¿Qué más se le puede pedir a esta estrella que por si fuera poco ama nuestro club, se besa el escudo y lo engrandece en cada encuentro que disputa?
Con el paso del tiempo contaremos que el vivero guipuzcoano produjo un jugador total y que brillaba tanto cuando el equipo era una máquina como cuando estaba en puestos de descenso. Hoy se cumplen diez años de su estreno y todos recordamos muchas hazañas que ha ido firmando a lo largo del tiempo. Pero la de ayer fue una de las más grandes, porque era cuando más se le necesitaba. En el momento en el que su entrenador se jugaba el pescuezo mientras una plantilla de renombre y de nivel era incapaz de salir de los puestos de descenso. Ahí es cuando se demuestran los jugadores que están hechos de otra pasta. Salgan al extranjero y pregunten por la Real, les contestarán siempre incluyendo en la frase a Don Mikel Oyarzabal. Porque todavía no sabemos lo que tenemos. Su segundo gol fue de 9 puro, en un remate a la media vuelta que parece sencillo pero que es muy complicado porque casi no sabía ni donde estaba la portería.
Pero lo más impresionante, lo sobrecogedor, lo que le diferencia, es la acción del penalti, al no dar por perdido un centro de Barrenetxea que parecía marcharse por la línea de fondo. Encima tras recuperarlo asistió a Guedes para que centrara y luego, cómo no, transformó con maestría la pena máxima. Después firmó un clinic de delantero, llevándose mil disputas, luchando, presionando, sirviendo buenos balones…
Lo que no se entiende es cómo es posible que mañana no estén llamando a las puertas de Anoeta los más grandes del mundo con el diamante que nos hace felices y nos rescata de los peores momentos. Un superhéroe moderno de los que cuesta encontrar. Un futbolista bandera que permitió a la Real lograr un triunfo absolutamente clave que aclara notablemente el panorama antes de la Copa y del derbi.
Dos cambios
Sergio apostó por el once más esperado. No era cobarde no sacar a Karrika, pero sí que era valiente apostar por él en la situación límite en la que se encuentra en su equipo. El técnico regresó al 4-3-3, su esquema de cabecera, con la entrada de Jon Martín por Caleta-Car en la zaga y la de Guedes en el extremo derecho. El Sevilla sin Azpilicueta salió con una línea de cuatro atrás.
Dada su situación y sus necesidades, se esperaba un arranque muy agresivo de la Real, pero nada más lejos de la realidad porque el Sevilla silenció Anoeta a los 26 segundos con un disparo de Carmona que se marchó rozando el larguero tras rozar en un defensa, en un ataque con muy mala pinta de los visitantes. A balón parado también fueron los primeros en generar peligro, en un cabezazo a placer de Vargas que tampoco encontró portería. A los quince minutos, en el primer ataque de los realistas con algo de sentido y en un balón que convirtió en peligroso la entrega y la fe de Oyarzabal, Guedes centró y el intento de disparo de Yangel Herrera se estrelló en el brazo extendido de Cardoso. Penalti de los de ahora, ya que, por qué no decirlo, a la Real le han señalado bastantes peores. El capitán no desaprovechó la oportunidad lanzando a su lado de seguridad y engañando al meta sevillista.
¿Quién fue el mejor?
La afición de la Real opina: ¿quién ha sido el mejor jugador contra el Sevilla?
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Lo malo es que el encuentro siguió transcurriendo sin ningún control y a los 30 minutos, en una acción a balón parado mal defendida por los locales, Gudelj empató con un disparo que desvió a la red Gorrotxa. Por si fuera poco, Yangel se volvió a romper y fue sustituido por Soler. Pero, solo seis minutos después, en una recuperación tras una buena presión a un saque de banda surrealista de los hispalenses que adivinó Brais, Oyarzabal cazó el rebote y cruzó la pelota a las mallas. En los minutos finales y con viento a favor, los blanquiazules se fueron entonando y encerraron a un Sevilla superado. Guedes, en la última acción del primer acto, estuvo cerca de anotar el 3-1 que hubiera supuesto casi la sentencia. O no, nunca se sabe con este equipo, claro.
En la reanudación, la Real volvió a salir fuerte y una buena jugada acabó en un mal centro de Sergio y, la más brillante de todas, con taconazos y lujos, la desperdició Soler en una posición inmejorable.
Poco a poco el Sevilla se fue viniendo arriba y hasta que Sergio comenzó los cambios se pasaron momentos tensos, pero lo cierto es que los andaluces atacaron mucho pero no generaron peligro. Incluso Sergio Gómez, actuando de extremo, estuvo muy cerca de poner la sentencia tras cortar un despeje del meta visitante.
Victoria y punto final
Lo único que valía en la semana del estreno de la Copa y del derbi. Con Oyarzabal todo es mucho más fácil. El jueves Balaídos se vino abajo en un homenaje estelar a Aspas, su gran mito de su era moderna y el futbolista que más encuentros ha disputado en su historia. Imagínense la que habrá que montar cuando haya que preparar un tributo para el gran capitán txuri-urdin. Y todavía algunos mirarán para otro lado. Déjennos disfrutar de nuestro gran ídolo. Un jugador histórico de los que salen muy pocas veces aunque sea de una cantera brillante como Zubieta. Oyarzabal, estamos en tus manos. Eskerrik asko por tanto. Por hacer Real Sociedad. Por ser una bestia. Por amar así nuestro club. Y por marcar el doblete al Sevilla que nos permite soñar con un mañana mejor y con otro triunfo en el derbi. Como para no creer contigo…
