La jueza tomó declaración a Amaya Zabarte menos de diez minutos trece meses después
La herida responde a menos de una decena de preguntas de una jueza en las que no ha incidido mucho en el impacto de la bala de foam que “me ha destrozado la vida”
La aficionada de la Real Sociedad herida en mitad de una carga de la Ertzaintza en marzo de 2024, Amaya Zabarte compareció ayer ante la jueza Ana Isabel Pérez Asenjo trece meses después de que cayera malherida tras recibir el impacto de una bala de foam en una carga de la policía en los momentos previos del encuentro entre la Real y el PSG. Lo hizo ante una enorme expectación de medios de comunicación, que se agolparon delante del juzgado donostiarra para recibir al matrimonio Novoa y a su abogado Iker Sarriegi.
Según ha podido saber NOTICIAS DE GIPUZKOA, la declaración duró unos diez minutos y durante la misma la magistrada no llegó ni a la decena de preguntas, en las que, curiosamente, incidió más en el tema de la patada que en el del pelotazo, que, como suele repetir Amaya, “es lo que de verdad me ha jodido la vida”.
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Joseba Novoa atendió a los medios al salir del juzgado y se mostró indignado por la interminable espera: “Trece meses después le han tomado declaración. Al menos Amaya se ha quedado tranquila al poder contar lo que vivió aquel día, pero también es una jornada de mucha rabia porque llevamos demasiado tiempo esperando a que alguien nos cuente cómo es posible que delante de varias decenas de ertzainas casi la matan y nadie me dice quién la llevó a la UVI. Insisto, siento mucha rabia y mucha impotencia, porque quienes tienen que llevar la investigación, los organismos competentes, no están haciendo nada”.
La familia no da crédito a la versión del agente identificado por Asuntos Internos como autor de la patada que se defendió diciendo que se tropezó con ella: “En principio, el vídeo está ahí, la sociedad lo ha visto. Más claro, agua. Que diga que se ha tropezado y que la noche le confunde… Es que no puedo decir más. Es evidente: se para, se gira sobre su izquierda, echa para atrás y le patea. Me decepciona que un ertzaina pueda actuar mal, pero que el departamento de Seguridad no haga nada...”.
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Iker Sarriegi elogió la valentía y el coraje de sus representados: “Estamos ante un caso grave. Han pasado trece meses y normalmente aquí en un par de meses los perjudicados o las víctimas declaran y en este caso han pasado trece meses. Si no es por el empuje de Joseba y Amaya, esto estaría cerrado. Ni la Policía, ni la fiscalía ni la juez instructora han hecho nada. Y lo vuelvo a decir, si no llega a ser por la familia, esto estaría cerrado. Nadie ha investigado nada, no es que lo hayan hecho mal, es que no han hecho nada en trece meses”.
Y denunció que “la fiscalía ni ha aparecido”. La familia no entiende que no haya movido ni un dedo en este asunto y que lo único que ha hecho hasta la fecha ha sido adherirse a las peticiones que ha ido haciendo el abogado.
Trece meses después y ante su estupor, la jueza todavía no ha llamado a declarar a ningún ertzaina: “Les han tomado declaración en comisaría a tres o cuatro ertzainas, a algún responsable y al que da la patada. Él dice que se encontró con algo ahí, que casi se cae, pero hay unos vídeos muy claros y veremos si los llevan a declarar al juzgado. Nosotros hemos pedido que todos los que van con escopeta en esa fila vayan a declarar y también el responsable del operativo. ¿Por qué toman estas medidas un día así? Tendrán que explicarlo”.
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La familia se centra en que lo realmente grave del caso es el impacto por el que casi pierde la vida Amaya y ha pedido la declaración de los ertzainas de esa línea que llevaban lanzapelotas: “Ellos niegan que sean balas foam. Pero, bueno, también dijeron que Amaya se había caído tras chocarse con otra persona, que no habían hecho cargas… En las imágenes se ve una carga. Hay diferentes pruebas. Desde el principio dijeron que les estaban echando botellas y no se ve nada de eso en ese momento. La carga de la Ertzaintza se produjo cuando no había ningún incidente ni ningún problema”.
Sarriegi confía en que se investigue y que se celebre un juicio para depurar responsabilidades: “Por ahora solo hay un identificado en comisaría porque ha declarado y ha reconocido que un ertzaina se encontró con un bulto en el suelo y que casi se cae. Pero en el juzgado no ha declarado nadie ni como testigos ni como imputados. Y quien lanzó la pelota foam ni está identificado ni ha declarado en el juzgado. Lo niegan todo”.
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No hay que olvidar que cuando se cumplía más o menos el año desde los hechos y después de que le Audiencia Provincial obligara a reabrir el caso al Juzgado de Instrucción Número 4 de Donostia, la afectada pasó revisión por fin por dos forenses. En las pruebas, después de que haya pasado tanto tiempo, lo que se analizó más fueron los informes médicos realizados en los momentos siguientes al incidente, cuando Amaya se llegó a debatir entre la vida y la muerte al sufrir, según el parte que emitieron los galenos que le reconocieron en el Hospital Donostia, “fractura longitudinal de peñasco izquierdo, correcta neumatización de celdillas mastoides y oído medio. Correcta morfología y posicionamiento de la cadena osicular. Fractura frontal supraciliar izquierda. Se aprecia un trazo lineal esfenoidal derecha que en el contexto clínico puede corresponder con fractura, sin descartar con certeza canal vascular/nervioso”.
Además, y esto fue lo más grave, de un edema subdural que puso en serio riesgo su vida y que le ha dejado secuelas físicas que amenazan con prolongarse mucho en el tiempo, y psíquicas, que son aún más graves, al “sentirse ninguneados y vilipendiados”, según manifiesta Joseba. Amaya sigue de baja y su neurólogo le ha diagnosticado recientemente la mala noticia de que hasta le podrían impedir volver a ejercer su profesión, técnico de emergencias, que es la gran pasión de su vida.