Un reto atípico para la Real: remontar hacia Europa
Acostumbrada a defender colchones de puntos para certificar sus últimos cinco billetes, la escuadra txuri-urdin debe ahora recuperar terreno a sus rivales directos para lograr el sexto
Los parones de marzo suelen significar un momento muy adecuado para pasar revista a la situación clasificatoria y calibrar las opciones de terminar conquistando los objetivos marcados. En este sentido, la Real Sociedad se adentra en territorio desconocido, al menos durante los últimos años, porque el equipo txuri-urdin no está acostumbrado a tener que remontar puntos a sus rivales directos. De hecho, los cinco billetes europeos que ha sellado con Imanol en el banquillo se han conseguido siempre administrando ventajas previas, y nunca recuperando terreno. Así, certificar un nuevo pasaporte continental, el sexto, pasa por vivir de aquí a mayo una experiencia poco habitual que los blanquiazules van a tratar de completar con éxito.
Liga tras el coronavirus
Durante la primera campaña completa de Imanol como entrenador, el parón de marzo se adelantó una semana en el tiempo y se prolongó luego por espacio de tres meses. Fue, en realidad, el parón del coronavirus, un período sin partidos oficiales que la Real vivió instalada en una prometedora cuarta posición. La pandemia cogió a los txuri-urdin en la cresta de la ola, recién clasificados para la final de Copa y lanzados en Liga. Sin embargo, aquellas últimas once jornadas disputadas en formato exprés no le vinieron tan bien al cuadro blanquiazul, que pasó de optar a la Champions a ver peligrar seriamente la Europa League. De hecho, en el minuto 87 del último encuentro el equipo estaba fuera de toda competición continental. Si terminó clasificándose fue gracias a un gol sobre la bocina de Januzaj al Atlético, y gracias también al colchón de puntos labrado durante la fase inicial de la temporada. La ventaja obtenida entonces resultó clave al final.
Marcados por la Copa
La mencionada final de Copa acabó disputándose un año más tarde, en plena campaña 2020-21. Y lo cierto es que el histórico partido de La Cartuja marcó durante aquel curso el inicio del esprint final por Europa. Durante el parón de marzo restaban, como en la actualidad, diez jornadas de Liga pendientes. Pero antes de encararla tocaba enfrentarse al Athletic en Sevilla... Los dos equipos vascos habían renunciado previamente al billete europeo que otorgaba y otorga el título, para intentar jugar la final con público, pero al final ni lo uno ni lo otro... Así, una Real muy castigada en lo físico, con muchos lesionados, no pudo permitirse en Liga la más mínima descompresión, con el objetivo de certificar una nueva clasificación continental. Durante un tramo de la última jornada, los txuri-urdin sólo eran séptimos y quedaban así abocados a disputar la Conference League. Pero la derrota del Villarreal en Valdebebas y un gol de Isak en El Sadar terminaron significando la quinta plaza. Es decir, repetir en la Europa League.
Festejo en La Cerámica
Durante la campaña 2021-22, la Real se plantó en el parón de marzo con nueve jornadas pendientes y en una sexta posición liguera que deparaba sus incógnitas, ya que todavía debía disputarse la final de Copa Betis-Valencia y de ella dependía que el séptimo entrara o no en Europa. Finalmente así sucedió gracias a la victoria verdiblanca, aunque a los txuri-urdin les fue costando cava vez más nadar hasta la orilla. Imanol Alguacil recurrió al 4-4-2 en rombo para cambiarle algo la cara al equipo y este respondió sumando los puntos necesarios para obtener un nuevo pasaporte, el tercer consecutivo. Ganando 3-0 al Cádiz en Anoeta en la 36ª jornada, se aseguró al menos la Conference. Y apenas tres días después, en la 37ª fecha, se garantizó ya la Europa League remontándole al Villarreal un 1-0 adverso en La Cerámica. Marcaron Isak y Zubimendi, y a la Real le sobró el último partido, cosa que no le había sucedido en las dos temporadas anteriores. Así, no hubo nada en juego en el encuentro de Anoeta contra el Atlético de Madrid, correspondiente a la última jornada. Fue la despedida de futbolistas como Ryan, Zaldua, Rafinha, Januzaj o Portu, descafeinada por uno de esos descabellados horarios que ya entonces le ponían a los txuri-urdin: un domingo a las diez de la noche.
La recordada cuarta plaza
Otro buen ejemplo de curso en el que cuesta nadar hasta la orilla es el de la campaña 2022-23, saldada con una cuarta plaza que dio acceso a la Champions League. A comienzos de febrero, en el partido que abrió la segunda vuelta, la Real saltó al césped de Anoeta para medirse al Valladolid con la opción de, ganando el partido, abrir un surco de once puntos respecto al quinto clasificado. Sin embargo, los de Imanol cayeron derrotados por el Pucela de Pacheta (0-1), en un duelo que adelantó lo que se iba a sufrir para certificar el ansiado premio. Durante el tramo final del curso, el Villarreal de Quique Setién fue recortando puntos y más puntos a los txuri-urdin, quienes perdieron la brillantez previa pero resistieron a base de competitividad. Ya en las jornadas finales, la Real ganó a Real Madrid (en casa) y Barcelona (en el Camp Nou), logrando dos victorias clave. Además, el Submarino vio frenado su buen esprint final en Vallecas, en la 37ª fecha del campeonato, lo que permitió festejar la cuarta plaza con un partido pendiente aún. Por segundo año consecutivo, la campaña acabó en Anoeta con un encuentro intrascendente (victoria 2-1) pero emotivo por la despedida de Illarramendi.
Justos hasta el final
En 2024 la Real vivió un invierno ciertamente similar al del actual 2025, avanzando hasta las semifinales de Copa y disputando entre febrero y marzo una dura eliminatoria europea contra el PSG. Aquellos esfuerzos pasaron factura a una plantilla que llegó muy justa al tramo final de Liga. Esperaban tras el parón de marzo las nueve jornadas finales, y el equipo las encaró con una renta que pudo administrar. Lo hizo gracias al callo competitivo mostrado en varios de los últimos encuentros, con la energía escaseando ya. Y agradecieron también los de Imanol el modo en que fue cayendo el Valencia de Rubén Baraja, equipo al que la Liga se le hizo muy larga. El epílogo resultó idéntico al de dos años antes, con el equipo txuri-urdin asegurándose la Conference en la 36ª jornada y certificando luego la Europa League en la 37ª al vencer un duelo directo a domicilio: resultó clave aquel 0-2 al Betis con goles de Brais Méndez y Mikel Merino.