La Real Sociedad logró sumar este domingo un empate (2-2) en el campo del Rayo Vallecano, durante un partido con dos partes muy diferentes. Antes del descanso, y no sin tener que adaptarse sobre la marcha a lo que proponía el rival, la escuadra txuri-urdin se mostró sólida en defensa y generó situaciones interesantes cerca del área franjirroja. En la segunda mitad, mientras, el paso adelante de los locales y el cansancio de los visitantes fueron introduciendo el encuentro en un contexto que convenía en menor medida a los de Imanol, pero ante el que estos pudieron al menos mantenerse en pie y arrancar un punto.
Pecisamente el claro 4-2-3-1 del Rayo significa un importante punto de partida a la hora de analizar el encuentro. Quince días antes, en la visita del Sevilla a Vallecas (1-1), los de Iñigo Pérez habían dibujado, con una alineación muy parecida a la de este domingo, un sistema 4-3-3. Dentro del mismo, Óscar Trejo ejercía de interior izquierdo, Pedro Díaz de interior derecho y Ciss era el pivote único, a la hora de dar salida al balón.
Otro dibujo
Sin embargo, resultó interesante ver contra la Real cómo el propio Rayo modificaba la ocupación de espacios de sus centrocampistas. El técnico Iñigo Pérez diseñó un 4-2-3-1 con Pedro Díaz y Ciss en el doble pivote, posiblemente en previsión de que los txuri-urdin utilizaran su mecanismo de presión más habitual... Así terminaría sucediendo, pues Imanol planteó de inicio apretar al rival mediante un 4-4-2 zonal, con medular en forma de rombo.
La Real entró bien al partido. Aprovechó que el Rayo le concedía salida por la banda izquierda, a través de Aritz, para hacer daño en el sector con buenas combinaciones entre Barrene, Sergio Gómez y Javi López. En cualquier caso, y por mucho que los txuri-urdin se adelantaran, comenzaron a sufrir también ciertas facilidades que el rival tenía a la hora de iniciar sus ofensivas. Dentro de un panorama de fatiga blanquiazul (sobre todo de Kubo) que dificultaba las basculaciones al presionar, los dirigidos por Iñigo Pérez encontraron en varias ocasiones a sus futbolistas interiores, para atacar luego con agresividad la última línea visitante.
Imanol reaccionó rápido y, mediante el ajuste realizado, consiguió que los minutos previos al descanso fueran los más tranquilos para la Real. El cambio del oriotarra residió en modificar la presión, lanzando a Zubimendi a por Ciss, ordenando marcajes más pegajosos de Kubo y Barrene a los laterales, y corrigiendo atrás con el agresivo movimiento de Aritz, quien abandonaba la línea defensiva para empaejarse con el mediapunta Trejo.
Segunda parte
El panorama del encuentro cambió tras el descanso. El Rayo dio un paso adelante modificando también su presión, con la que dejó ya de permitir recibir cómodo a Aritz Elustondo. El cansancio comenzó a hacer mella en una Real que llevaba toda la primera parte apretando de forma agresiva. Y el nuevo contexto permitió que en el bando vallecano entrara en juego una de las grandes fortalezas de su fútbol, el reparto de carriles entre extremo y lateral en la banda derecha. Entre Ratiu y De Frutos cocinaron los dos goles que le dieron la vuelta al marcador.
Por una cuestión física, la Real sufrió dentro de ese duelo más abierto, de ida y vuelta, en el que el Rayo introdujo el partido en la segunda parte. Sin embargo, dentro de la dificultad e incluso de la incomodidad, los txuri-urdin se mantuvieron siempre en pie y mostraron entereza suficiente para lanzarse a por el empate y a por la victoria. Sólo obtuvieron el primero de estos posibles premios, sumando un punto previo al necesario descanso durante el parón internacional. Nueve futbolistas blanquiazules, eso sí, se marchan ahora con sus selecciones.