La Real se presenta en Dinamarca con la obligación de acabar de una vez por todas de la maldición que le impide superar una eliminatoria en Europa. Un maleficio que le persigue desde 1998 cuando dejó atrás al Dinamo de Moscú antes de tener que sufrir una de las peores noches de toda su historia por el asesinato de Aitor Zabaleta y la posterior derrota ante el Atlético en la prórroga. En el camino sí que superó dos previas, una épica de Champions ante el Olympique de Lyon, y otra menos decorosa, frente al modesto Aberdeen, para caer en el siguiente escalón contra el Krasnodar.
La verdad es que la mala racha no tiene mucha explicación. Estamos todos de acuerdo con que este club nunca ha tenido un especial ardor guerrero para manejarse bien en los duelos a vida o muerte, pero resulta sorprendente que Imanol haya logrado estabilizar de forma sobresaliente su trayectoria en la Copa hasta convertirle en uno de los equipo más fiables de la competición y que, por el contrario, no haya sido capaz de doblegar a rivales europeos en enfrentamientos a doble partido. Mucho ha tenido que ver también la mala suerte en los sorteos, ya que el Manchester United, el Leipzig y la Roma, en Europa League, y el PSG en la Champions no son precisamente peritas en dulce y, aunque sabes que vas a contar con oportunidades, lo normal era caer. Es más, como dato significativo, en ninguno de los duelos la Real partió como favorita. Esta sí que es la primera ocasión en la que los realistas aparece sobre el papel con más opciones que un Midtjylland que sale ahora del parón en su competición y cuyo rendimiento es una auténtica incógnita a pesar de haber disputado ya dos partidos en Europa durante las últimas semanas.
Muchas trabas
El hecho de que todavía no haya arrancado de nuevo su competición doméstica debería poner en alerta a la Real ya que todavía nos encontramos en pleno invierno rudo escandinavo, con un césped por lo que dicen en muy malas condiciones, temperaturas bajo cero y una diferencia térmica de más de quince grados respeto a los cerca de 20 que ha habido en las últimas horas en la capital guipuzcoana.
El hecho de que apenas haya habido tiempo para preparar el viaje, que no sea nada sencillo ni barato alcanzar la ciudad de Herning y que la siguiente estación vaya a ser probablemente Londres o Old Trafford ha provocado que no llegue a 200 los aficionados que arropen esta noche a los realistas. De todas formas, algo no acaba de funcionar en la, hasta ahora, inquebrantable romance entre el equipo de Imanol y su fiel parroquia.
Equipo A
El técnico volverá a mover el árbol, aunque su apuesta se acercará mucho esta vez al Equipo A. Remiro estará en la portería. Aramburu, que está apercibido, Aguerd y Javi López formarán en la zaga. En el centro del campo formarán Zubimendi, también apercibido, Brais Méndez y puede que Olasagasti sin olvidarnos de Sucic, por los centímetros. Y arriba todo parece indicar que volverá el tridente de cabecera con Take Kubo, Oyarzabal y Barrenetxea.
El adversario
El Midtjylland es un rival peligroso, sobre todo en su estadio. Con un juego muy directo, como lo confirma que no se cortan a la hora de enviar balones al área, aunque sea incluso desde los saques de banda. Algo que no le suele venir demasiado bien a los realistas a los que les espera un ambiente caliente y tenso a pesar del gélido invierno en la península de Jutlandia.