La Real Sociedad encajó este domingo en El Sadar una dolorosa derrota ante Osasuna. El cuadro txuri-urdin completó en líneas generales un buen encuentro, pero se vio lastrado por su falta de acierto ante el gol y por errores propios en defensa que costaron los dos goles rojillos. Fueron numerosos los méritos contraídos por los de Imanol, en cuanto a juego, para obtener un mejor resultado, pero los fallos que cometieron en ambas áreas vienen repitiéndose y tampoco responden a casualidades. En cualquier caso, a continuación mostramos cinco factores del planteamiento que funcionaron en Pamplona.

Alineaciones iniciales de Real y Osasuna, los txuri-urdin con su habitual 4-3-3 y el cuadro rojillo mediante una especie de 4-2-3-1 de tres alturas distintas en la medular.

1- Profundidad

Osasuna defendió a la Real mediante un 4-4-2 en el que Aimar presionaba en una primera línea junto a Budimir, aunque manteniéndose unos metros detrás del croata para vigilar a Zubimendi. Esto implicaba que uno de los centrales txuri-urdin podía gozar de libertad para conducir, levantar la cabeza y lanzar pases sin gran oposición, circunstancia que los de Imanol trataron de aprovechar con envíos profundos a la espalda de la adelantada zaga local.

Con Aimar anclado en la vigilancia a Zubimendi, Budimir no puede evitar que Zubeldia tenga tiempo y espacio para lanzar en profundidad al desmarque de Oyarzabal, quien va a driblar a Sergio Herrera y generar una serie de acercamientos peligrosos consecutivos.

2- Oyarzabal, cuarto 'centrocampista'

El panorama descrito implicaba que Osasuna tapaba dentro a la Real con marcas individuales: Aimar a Zubimendi, Torró a Sucic y Moncayola a Olasagasti. Sin embargo, Imanol supo agitar el entramado navarro mediante el dinamismo de sus futbolistas. Oyarzabal, por ejemplo, se sumó con frecuencia a la medular para atraer la vigilancia de alguno de los medios locales y liberar así a compañeros.

Zubeldia vuelve a conducir libre y puede lanzar un pase interior a la caída a la mediapunta de Oyarzabal, quien atrae la atención de Moncayola (deja libre a Olasagasti). El capitán txuri-urdin combina al primer toque con Aguerd y el marroquí encuentra rápido un buen pase entre líneas al propio Olasa. La acción termina con ocasión de Oyarzabal, cuyo disparo es excesivamente cruzado.

3- Salida de tres y diagonales a Kubo

El 4-3-3 realista en El Sadar no resultó inamovible. La Real lo hizo mutar con mucha frecuencia a una especie de 3-2-5 en el que Javi López y Kubo asumían las bandas, con Aramburu convertido en tercer central. Este entramado permitió a Nayef Aguerd lanzar varias diagonales a un Kubo libre de marca en la banda opuesta, ya que Osasuna trataba de defender con el bloque estrecho y estos envíos cruzados cogían al lateral izquierdo Juan Cruz defendiendo carriles más interiores.

La Real ejecuta su salida de tres y convierte el sistema en un 3-2-5. Los txuri-urdin salen por la izquierda a través de Javi López, quien va a retrasar el balón a un Aguerd libre (dos centrales más Aramburu contra Aimar-Budimir). El marroquí lanza un envío cruzado hacia Kubo, quien hace daño pegado a la cal.

4- Las incorporaciones de Zubimendi

Tomando como base el ya visto 3-2-5 realista, el equipo planteó en la segunda mitad movimientos distintos que generaron muchos problemas a Osasuna. El principal residió en las incorporaciones de Martin Zubimendi desde la medular. El pivote txuri-urdin no actuó ya tan recogido y logró romper la zaga rojilla con desmarques por el carril del 10.

Comienzo de la segunda parte. La Real repite con el 3-2-5. Zubimendi recibe escorado, sirve a Javi López y rompe al espacio para terminar siendo asistido por Barrene. El pivote txuri-urdin generó desconcierto en la defensa rival en otras dos acciones similares.

5- La importancia de no hundirse

Sin balón, la Real defendió a Osasuna mediante un claro 4-4-2 que, en fases de bloque medio-bajo, implicaba un doble pivote compuesto por Zubimendi y Olasagasti. En dichos momentos, el equipo blanquiazul fue muy consciente de que, aun no presionando con agresividad a los centrales rojillos, tampoco podía permitirse hundir la zaga hasta dentro del área propia, algo que podía facilitar el fútbol de centros y remates del conjunto local. Los de Imanol actuaron en estas fases del encuentro con un equipo muy corto: apenas había 15-20 metros de distancia entre defensa y delantera. La retaguardia permanecía otros 15 metros por delante de la frontal.

Fase de bloque medio-bajo realista en la primera parte. Pese a que la presión no es agresiva, los txuri-urdin mantienen su zaga 15 metros por delante de la frontal del área.

Dentro de este aparatado defensivo, y para mostrar que no todas las cuestiones de pizarra funcionaron a la perfección, cabe citar que la Real tuvo algunos problemas a la hora de presionar arriba a Osasuna, cosa que Imanol planteó hacer con un 4-4-2 de medular en rombo: Sucic subía a la primera línea junto a Oyarzabal, detrás Olasagasti avanzaba a por el pivote Torró, Zubimendi se quedaba con Aimar y Barrene dejaba la banda para emparejarse con Moncayola. El propio Barrene sufrió así para controlar las constantes diagonales de Osasuna buscando a Areso, quien en la primera parte pudo lanzar varios centros al área.

Presión alta de la Real ante un Osasuna que vacía la medular y ensancha hasta el extremo el rombo defensivo txuri-urdin. En el vértice izquierdo de dicho rombo, Barrene ha descrito un movimiento interior para emparejarse con Moncayola, pero en la banda queda libre un Areso a quien Sergio Herrera busca con un balón largo diagonal. Javi López no puede asumir la incorporación del carrilero navarro, al estar condicionado por Rubén García.

Fuera como fuera, la Real logró llevar el partido al terreno que le convenía. Terminó cayendo derrotada por las ocasiones falladas y también por dos errores flagrantes atrás: la pérdida de Sucic en salida para el 1-0 que Remiro también pudo evitar, y el 2-0 recibido tras un saque de banda del rival a la altura del centro del campo. No fue este el primer gol que el conjunto txuri-urdin encaja durante la actual temporada en parecidas circunstancias.