La Real Sociedad cierra este lunes la primera vuelta liguera recibiendo en Anoeta (21.00 horas) al Villarreal. El cuadro amarillo es un conjunto muy reconocible en cuanto a dibujo y a la ejecución de determinados movimientos tácticos, pero está sufriendo durante la temporada para dotarse de la solidez defensiva que siempre ha caracterizado a los equipos de Marcelino. El Submarino aterriza en Donostia con su ya clásico 4-4-2, y con la incógnita sobre cómo matizará el técnico asturiano a los suyos para contener al 4-3-3 txuri-urdin. Sobre el papel, el esquema blanquiazul puede plantearle ciertos problemas... aunque el propio Marcelino maneja también varias alternativas para compensar los contratiempos que puedan surgir. Veámoslo.
El 4-4-2 de cabecera
Lo cierto es que el esquema que suele emplear el Villarreal, el mencionado 4-4-2, sólo tiende a apreciarse en la fase defensiva, cuando los rivales tienen el balón. Independientemente del perfil del jugador que escoja Marcelino para acompañar al punta de referencia (otro delantero o un centrocampista de vocación ofensiva), los amarillos siempre dibujan dos líneas de cuatro por detrás de sus dos hombres más adelantados.
Trasladado esto al partido de Anoeta, la teoría dice que la Real podría disfrutar de superioridad numérica tres contra dos en la sala de máquinas, con sus tres centrocampistas agradeciendo esta situación ante el doble pivote visitante. Se trata de un panorama que llegó a darse durante el reciente encuentro del Villarreal ante un Betis que también actúa con tres futbolistas por dentro.
Las alternativas
¿Cómo paliará Marcelino este panorama de base en Anoeta? Durante los últimos partidos ha puesto en práctica diversas posibles soluciones. Una de ellas, quizás la más probable, pasaría por formar en defensa una especie de 4-4-1-1, variante del 4-4-2 que implicaría dejar a uno de los dos puntas en vigilancia a Zubimendi. Así, por detrás, los dos pivotes amarillos podrían encargarse de los dos interiores txuri-urdin, Brais y Sucic con total probabilidad.
Otra alternativa pasaría por hacer a uno de los defensas centrales avanzarse unos metros para quedar emparejado con el centrocampista sobrante de la Real. Se trata de una posibilidad compleja, pues implica escalonar la línea de retaguardia y generar en ella huecos muy aprovechables por parte del rival. El Rayo Vallecano ya penalizó al Villarreal durante el partido que disputaron en La Cerámica el pasado mes, haciendo el momentáneo 0-1 (1-1 final) tras salir el central Logan Costa a por el mediapunta franjirrojo Trejo.
Una tercera y última solución, mientras, apuntaría al trabajo interior de los teóricos extremos, quienes se centrarían en defensa para echar una mano a los dos pivotes. Se trata de una opción que el Villarreal ya ha desarrollado, por ejemplo, en situaciones de presión muy alta ejecutadas mediante un 4-4-2 en rombo. En él, los centrocampistas de fuera pisan carriles interiores, conceden al rival la salida por fuera y se centran en evitar las circulaciones por dentro.
En ataque
Con balón, mientras, el Villarreal está haciendo mutar de forma constante su 4-4-2 de cabecera. Este es un dibujo que los amarillos conservan aún cuando juegan el balón desde su portero y se ven sometidos a la presión alta del adversario. Sin embargo, en cuanto el equipo de Marcelino logra asentarse en campo rival, varía el dibujo claramente para formar una especie de 3-4-3.
Esta disposición ofensiva del Villarreal, muy frecuente, se ha convertido durante los últimos encuentros en una debilidad ofensiva en caso de pérdida de balón. Lo cierto es que el 3-4-3 que los amarillos dibujan con el esférico desguarnece el flanco izquierdo de su defensa al proyectarse al ataque Sergi Cardona. Cuando sus rivales recuperan la posesión, vienen jugando con rapidez a la espalda del propio Cardona, una zona en la que las ayudas del central de turno (Bailly o Logan Costa) no están resultando del todo productivas.
La Real se enfrenta este lunes en Anoeta a un encuentro bastante alejado de lo que dirían los tópicos, pues el Villarreal no se está mostrando sólido precisamente. Los txuri-urdin apuntan a disfrutar de más ocasiones que las que podrían esperarse ante un equipo de Marcelino, pero al mismo tiempo van a tener que emplearse a fondo para defender a un cuadro amarillo que sí está carburando en ataque. En este último sentido, las bajas por lesión de futbolistas como Ayoze, Pepé, Pino o Ilias significan un positivo respiro en clave txuri-urdin para recibir a un rival directo, quinto con cinco puntos más.