La Real Sociedad logró este jueves una importante victoria en su partido de Europa League contra el Ajax. Los txuri-urdin fueron de menos a más durante un encuentro planteado por ambos equipos mediante presiones al hombre por todo el campo, un contexto que marcó de forma drástica la contienda. El paso de los minutos y la merma de energía del rival hizo lo suyo para que los de Imanol mejoraran tras el descanso. El técnico oriotarra, eso sí, retocó "matices" (como él mismo reconoció) durante el intermedio para que los suyos vieran allanado el camino hacia el triunfo. En este sentido, más allá de las cifras de un Kubo estelar, tuvo mucha culpa en el crecimiento blanquiazul el papel de Jon Mikel Aramburu, unos metros por detrás del japonés.
Las presiones
El factor más relevante a la hora de explicar el tipo de partido que se vio en Anoeta, sobre todo de inicio, reside en el modo en que ambos equipos se lanzaron a presionar al rival. Tanto Real como Ajax lo hicieron al hombre, mediante marcas individuales y persecuciones por todo el terreno de juego. ¿Cómo se ajustaron para que las piezas encajaran? Comencemos por el sistema defensivo de los neerlandeses (imágenes inferiores de pizarra y de captura de pantalla), que escogieron activar sus bloques altos desde la banda izquierda: el extremo Akpom dejaba a Aritz y saltaba a por Zubeldia, el lateral Hato dejaba a Kubo y saltaba a por el propio Aritz, y el central Baas dejaba únicamente a Sutalo a cargo de Oyarzabal para corregir fuera y vigilar al citado Kubo.
La Real, por su parte, presionó al Ajax de una forma muy similar, aunque activándose desde el lado contrario. Es decir, desde su banda derecha. Así, cuando los neerlandeses tenían el balón, el cuadro txuri-urdin provocaba idénticos emparejamientos a los ya vistos: Kubo saltaba a por Baas, Aritz corregía detrás saltando a por Hato, y Zubeldia se emparejaba en la retaguardia con el extremo Akpom. Veámoslo de nuevo con dos imágenes, una de pizarra y otra de captura de pantalla.
Envíos directos
La Real fue muy valiente planteando así el encuentro, y propiciando un panorama de disputas por todo el campo. El hombre libre apenas existía, apretando como apretaban ambos equipos, lo que llevó a los porteros Pasveer y Remiro a verse obligados a golpear en largo a menudo, buscando la última línea. ¿Qué esperaba allí? Pues un claro tres contra tres (tres defensas contra tres delanteros) que resultaba mucho más prometedor para el Ajax que para los txuri-urdin. Kubo, Oyarzabal y Becker tenían difícil ganar los duelos ante Baas, Sutalo y Rensch. Mientras, Traoré, Akpom y Brobbey (la lesión de este último resultó muy positiva para la Real) sí ponían las cosas mucho más difíciles a Zubeldia, Aguerd y Aihen. Los tres jugadores blanquiazules, eso sí, consiguieron mantener el tipo, hasta el punto de que las ocasiones visitantes respondieron a fallos garrafales con balón de los de Imanol, y no a esas situaciones de envíos largos.
La Real con balón
¿Y por qué cometió la Real esos errores? Hubo mucho de imprecisión y de fallos técnicos en esas equivocaciones. Sin embargo, estas también tuvieron su componente táctico... Empecemos subrayando, para explicarlo, que el jugador realista con más tiempo y espacio para pensar, dentro de un contexto de presiones muy agresivas, debía ser el lateral derecho Aritz. Su teórica marca, el extremo Akpom, le dejaba libre para saltar a por Zubeldia. Y entre que se producía ese movimiento y que el lateral Hato llegaba a por el beasaindarra, se daban a menudo un par de segundos preciosos para que el propio Aritz recibiera el esférico y pudiera jugarlo.
Aritz no estuvo especialmente fino en lo técnico cuando recibió el balón con tiempo y espacio, aprovechando las situaciones explicadas. Pero tampoco acertó con su ubicación en el inicio de muchas jugadas, demasiado alta, sin ofrecer soluciones y facilitando el modo en que el Ajax quería presionar. Dos de las ocasiones de los neerlandeses, de hecho, nacieron de contextos como el descrito.
La mejoría posterior de la Real, tras el descanso, se explica desde situaciones muy claras. Para empezar, la energía del rival para la presión comenzó a menguar, como resulta lógico. Para continuar, se dieron cambios individuales (Aramburu por Aritz y Turrientes por Sucic) que permitieron crecer al equipo. Y también cabe citar esos "matices" hablados por Imanol durante el intermedio, muy relaciones con el modo en que tratar de meter mano a la forma en que apretaba el Ajax. Así llegó el decisivo 1-0, consecuencia de una jugada que tiene mucho que ver con las últimas imágenes analizadas. El lateral derecho debía tener mucho peso en el juego txuri-urdin, y la determinación ofensiva de Jon Mikel Aramburu, unida a los retoques del entrenador, abrieron el camino hacia el triunfo.
La Real consiguió así una muy buena victoria, después de un encuentro con dos partes muy distintas. Sufrió más durante la primera, porque la valentía desde la que planteó el partido le exigió mucho trabajo y, por qué no decirlo, porque contó también con un punto de fortuna: dentro de un duelo equilibrado en el que los txuri-urdin se mantenían en pie, el Ajax pudo aprovechar un par de errores locales para adelantarse. Sin embargo, los neerlandeses no estuvieron finos ante Remiro y dieron pie así a que la segunda mitad arrancara con 0-0, dibujándose un panorama más prometedor para los blanquiazules. Con Aramburu y Turrientes sobre el césped, un rival cada vez más cansado y los retoques tácticos de Imanol muy presentes, los txuri-urdin añadieron a 45 minutos de pico y pala un segundo acto mucho más brillante en lo ofensivo.