Amaneció divertido el domingo, con la caverna mediática madridista digiriendo un 0-4 contra el eterno rival y sumida en el histerismo más desproporcionado. Mbappé ya no les vale, Ancelotti no se entera, y la pareja Militao-Rudiger, otrora espectacular, significa ahora un agujero defensivo de dimensiones bíblicas. Fue una pena que nuestra mirada socarrona hacia el entorno merengue durara menos de 24 horas, cortada de cuajo por un 0-2 ante Osasuna que se ha traducido por estos lares en reacciones igual de excesivas. Imanol se halla ante un inevitable fin de ciclo, la Real Sociedad no ganará nunca ni a nadie en Anoeta, y la dirección deportiva patinó al fichar a Óskarsson en lugar de ir a buscar un punta de perfil más convencional. Así están las cosas.

Lo fortuito

El Barça requirió de un punto de fortuna para ganar en el Bernabéu, del mismo modo en que Osasuna, con otro portero (o con otro árbitro), podría haber perdido tranquilamente en Donostia. “Para sacar tres puntos de aquí también necesitas algo de suerte”, reconoció el técnico rojillo, Vicente Moreno, este mismo domingo. Y no, el derbi de Anoeta no significó únicamente una moneda al aire. Los navarros fueron justos vencedores. Pero entendamos también que, en esto del fútbol, los resultados se tambalean a menudo sobre una delgadísima línea, antes de decantarse de un lado o del otro. Lo defendimos aquí mismo, en clave txuri-urdin, cuando se ganó al Valencia hace sólo un mes, con los de Baraja fallando dos cabezazos claros antes de la sentencia local. Y esta vez ocurrió al revés. La Real tuvo buenos momentos en su último encuentro, igual que el Madrid. Obviamente, algo fallaría luego en ambos casos.

Lo táctico

Si en Chamartín la clave del festival culé residió en la entrada al campo de De Jong por Fermín, una apuesta que redujo la ansiedad de los ataques barcelonistas, en Donostia Imanol no pudo disfrutar como Flick de un positivo 0-0 al descanso, porque las prisas realistas se habían traducido ya en dos goles recibidos. El examen que planteó Osasuna, tapándose por dentro y llevando fuera a los txuri-urdin, podía resultar previsible. Los nuestros demostraron conocer la teoría y haber estudiado para responder a las preguntas de los rojillos. Pero cuando hubo que llevar a la práctica todo lo trabajado, la ausencia de ocasiones no dio paso a la paciencia, y sí a una progresiva espiral de precipitadas y equivocadas decisiones. Con más de 70 minutos por delante para ver portería, el equipo ya se empezaba a desordenar... Malo.

Lo anímico

Otro de los denominadores comunes de merengues y blanquiazules ha residido este fin de semana en sus respectivas mandíbulas de cristal a la hora de encajar golpes. Se me escapan los motivos que pueda haber tras el desmorone madridista con los goles de Lewandowski. Mientras, en la crisis transitoria sufrida por la Real entre el 0-2 y el descanso percibo el peso de la mala estadística en Anoeta. Se notó, en primera instancia, cuando emergieron los nervios con empate, habiéndose jugado apenas un cuarto de hora. Fue muy claro, más adelante, cuando Osasuna rozó el 0-3 en los minutos previos al descanso, dentro de un contexto de superioridad navarra que marcó para muy mal nuestras sensaciones. Dolió verlo. Pero fue sólo un rato corto. 

Lo indvidual

El Madrid viene de perder a Kroos, pero ha fichado a Mbappé: hablamos de dos jugadores tan distintos que el baile de nombres obliga a hallar un complicado nuevo encaje colectivo, objetivo que ahora mismo buscan merengues y también realistas. Aquí tenemos cinco caras nuevas. Y seguimos echando de menos a las dos que faltan. Por Merino han venido Sucic y Sergio, futbolistas de otras características que te obligan a matizarte sí o sí. Por Le Normand, mientras, ha llegado Aguerd, un buen central, cumplidor y entregado, que sin embargo no aporta ni la mitad que Robin, eficiente por nivel propio y por subir el de sus compañeros más cercanos. Habrá partidos en los que sus ausencias se noten menos. Y otros, como el del domingo, en los que las suframos más (esos duelos...).

ZAKHARYAN: UNA PUESTA A PUNTO QUE "VA PARA LARGO"

Toca tantos palos Imanol durante sus ruedas de prensa que muchos temas, por la densidad de contenidos, se pierden mezclados con otros más relevantes en el corto plazo. Este sábado, en vísperas de recibir a Osasuna, el míster habló del derbi, del covid de Sucic, de la mala racha en Anoeta.... y de Arsen Zakharyan.El ruso se lesionó un tobillo durante la pretemporada, fue operado en Barcelona el 6 de agosto y acumula ahora dos semanas trabajando con el grupo, aunque de forma no muy exigente. El caso es que Alguacil aseguró durante la citada comparecencia que lo del ex del Dinamo de Moscú “va para largo”. Al parecer, ha completado sólo un par de entrenamientos, suaves ambos, y aún así los terminó con molestias importantes. No juega desde la última jornada de la pasada Liga, en Anoeta frente al Atlético.

Arsen Zakharyan, este verano durante un entrenamiento.

COPA DEL REY: EL RICO PÉREZ, UN ALIVIO

Ocho meses después de aquella dolorosa tanda de penaltis contra el Mallorca, la Copa del Rey vuelve esta semana a nuestras vidas, con motivo de la visita txuri-urdin al Jove Español. La Real tuvo mala suerte en el sorteo, porque le tocó un rival de Tercera RFEF (no de regional) y con sede en la Comunitat Valenciana, cuyo fútbol amateur tiene buen nivel. Sin embargo, compensa con creces estas circunstancias el hecho de jugar el partido en el estadio Rico Pérez de Alicante, y no en la casa habitual del adversario. Las experiencias del año pasado contra Buñol y Andratx dan fe de lo que se puede complicar una eliminatoria en campos de césped artificial y dimensiones reducidas. Sobre un terreno de juego grande y de hierba natural, mientras, la dificultad del encuentro tiene que bajar enteros.

Panorámica del estadio José Rico Pérez de Alicante.