La Real Sociedad obtuvo este jueves una importante victoria en la Europa League, un 1-2 ante el Maccabi Tel Aviv que sitúa a los txuri-urdin en la 17ª posición clasificatoria del torneo continental. El cuadro txuri-urdin basó su triunfo en unos notables primeros 45 minutos, antes de sufrir tras el descanso. En el debe de los de Imanol queda, una vez más, no haber aprovechado su superioridad para marcharse al intermedio con una renta superior al 0-1. Después, pese a que Sergio Gómez hizo el momentáneo 0-2, tocó sufrir para certificar los tres puntos. Este es el análisis táctico del encuentro y de sus distintas fases.
Imanol estuvo hábil cuando recibió antes del partido la hoja de alineaciones. Ante un Maccabi que había demostrado previamente ser capaz de mutar hacia estructuras muy variopintas, es muy posible que el oriotarra detectara la clave israelí a través de la presencia en el lateral izquierdo Davidzada. Se trata de un jugador profundo que suele estirar a su equipo acaparando toda la banda, lo que, unido a la apuesta por Shahar (un delantero) como teórico extremo zurdo, hizo pensar al entrenador blanquiazul en una salida de tres por parte de los locales. Acertó con su vaticinio, y también a la hora de ajustar un sistema de emparejamientos al hombre que la Real ejecutó casi a la perfección.
En ataque
La Real logró contrarrestar los intentos ofensivos de su adversario y se centró enseguida en crear peligro ante la meta de Mishpati. Los txuri-urdin se encontraron con un Maccabi que llegaba incluso a subir su bloque para practicar una presión bastante alta, pero que se lanzaba también a apretar con cierta precaución, dejando a Peretz con Zubimendi. Así, los israelís se aseguraban tapar el juego interior de un cuadro blanquiazul que se dedicó a intentar hacer daño por las bandas. En este último sentido, penalizó jugar con un central zurdo como Aguerd en el perfil diestro, ya que el marroquí tenía que recortar para lanzar diagonales hacia un Kubo que esperaba en el ala opuesta.
Poco a poco, los de Imanol fueron hundiendo al Maccabi y generando situaciones interesantes, según lo ya visto. La fase de mayor superioridad visitante, sin embargo, llegó mediada la primera parte, cuando la Real pasó a ejecutar una especie de 3-4-3, con Zubimendi incrustado entre centrales, un rombo medular cuyos vértices eran para Oyarzabal y Kubo, y los laterales Aramburu y Javi López ejerciendo de extremos. Hasta que los israelís se ajustaron, el cuadro guipuzcoano disfrutó de varios minutos en los que pudo conectar por dentro para abrir luego fuera y disponer de ocasiones suficientes para sentenciar el encuentro.
Tras el descanso
El 0-1 con el que se alcanzó el descanso resultó corto e insuficiente para los méritos contraídos por la Real durante la primera parte. Tras el intermedio, mientras, los txuri-urdin se encontraron con un panorama muy distinto, pues el Maccabi insistió mediante una estructura de presión alta y emparejamientos al hombre. Si los israelís sólo habían amagado previamente con lanzarse a apretar así, en la segunda parte lo hicieron con continuidad y plantearon más problemas a un cuadro txuri-urdin que, además, se equivocó en varias ocasiones al intentar buscar superioridades que no existían. Por todo ello, el segundo acto resultó más equilibrado que el primero, en el que los de Imanol debieron dejar el duelo finiquitado.