Nunca se sabe. Algunos le llaman la suerte del principiante, pero en algunos casos no tiene nada que ver con la diosa Fortuna. En otros, cuando cuesta que llegue más de lo normal, muchos lo achacan a la falta de adaptación y tampoco tiene por qué estar relacionado del todo. Todo depende. En vísperas de su estreno en Anoeta, Orri Óskarsson invoca a la ley del novato para estrenar su cuenta realizadora con la txuri-urdin nada más y nada menos que contra todo un Real Madrid. El tema no es baladí para tenerlo mucho en cuenta de cara a confeccionar el once. Y no solo porque lleva probablemente la mejor racha de Europa en lo poco que llevamos de temporada, con ocho dianas y una asistencia en 15 partidos, y porque puede terminar siendo pronto el fichaje más caro de la historia blanquiazul (20+3 millones). También porque hay una leyenda que cuenta que a los delanteros que ficha la Real les sienta muy bien las puestas de largo ante su afición. Nada menos que ocho de ellos marcaron en su estreno en Donostia. Desde el colombiano Bonilla, que anotó un doblete de lo más ilusionante ante el Atlético, hasta el cabezazo o lo que fuese de Sadiq para poner patas arriba Anoeta ante el mismo rival cuando todavía no se había repuesto de la fulminante y millonaria salida de su estrella Isak.

Grandes delanteros

Entremedias, la extraordinaria aparición de Jankauskas, con goles en su debut en el Calderón y en casa ante el Rayo; el cabezazo de Darko ante el Alavés el día de su regreso, aunque luego no valiese para nada; la exhibición de Skoubo ante el Athletic; el doblete de Víctor Casadesús frente a Las Palmas cuando parecía imposible que se escapara el ascenso a la primera viendo el nivel del equipo semanas antes de la hecatombe de Vitoria; el estéril estreno de Ifrán tras superar su grave lesión en una sonrojante derrota ante el Hércules; y la despampanante irrupción de Seferovic en la primera jornada de Liga con su diana ante el Getafe días antes de la noche de Lyon, en la que amortizó su contratación con un tanto estratosférico desde 40 metros. 

Insistimos, en algunos jugadores sin duda influyó la suerte del novato y en otros, simplemente, lo que compareció a las primeras de cambio y sin mayor dilatación fue la calidad de los futbolistas. Y como todos ellos eran delanteros, todo se resume en que comenzaron a convertir desde su primer día de colegio lo que habían hecho siempre: marcar goles.

No te garantiza el éxito

El hecho de inaugurar tu cuenta el día de tu presentación tampoco es garantía de nada. Desgraciadamente no te garantiza nada. La mejor demostración es que el traspaso más caro en la historia de la Real (70 millones de euros al Newcastle), Isak, tardó la friolera de ocho encuentros en Anoeta para ver puerta. Eso sí, cuando empezó a marcar no paró al lograr doce dianas en doce encuentros, lo que valió, entre otras cosas, una inolvidable clasificación en el Bernabéu en la Copa. Sorloth también tuvo que esperar hasta su octava comparecencia ante la afición donostiarra para lograr su primer tanto. Curioso que tanto su bautizo realizador fuera como en casa también fue contra el Atlético. Sin olvidar el caso de Carlos Vela, que tuvo que esperar seis encuentros para enchufar una chilena espectacular el día de la heroica remontada al Málaga cuando Luis Aragonés ya estaba preparado para ocupar el cargo de Philippe Montanier

De los grandes mitos blanquiazules, cabe destacar que Aldridge, con todo lo que conllevó su llegada al ser el primer foráneo de la era moderna, debió esperar hasta su tercer partido en Atocha para lograr un doblete memorable frente al Barcelona. Meho se lesionó en su debut y, después de estar dos meses de baja, reapareció en el Bernabéu para presentarnos lo que no tardó en denominarse como el Kodrazo, para en la siguiente cita en casa también acertar en un 4-0 ante el Logroñés. A Gica Craioveanu le costó seis comparecencias, pero cuando anotó ya se había hecho querer por toda la afición. Tamudo se estrenó en Donostia contra el Madrid, como aspira Óskarsson, y lo hizo en su segundo duelo en mitad de una racha de tres partidos seguidos marcando.

En el otro lado de la moneda, hay que reseñar que André Silva no acertó hasta su choque trece o que Finnbogason, el paisano de Orri, en la Liga tardó once partidos, aunque ya se había estrenado en la Copa a la sexta. 

Óskarsson llegará muy justo tras jugar ayer con Turquía, pero, sin Oyarzabal, Anoeta confía en que pueda seguir con su racha impulsado por la suerte del principiante... Pero no puede ser casualidad que ocho marcaran su primer día de colegio.

ESTRENOS EN ANOETA

Bonilla (1999-00)

1 partido Real-Atlético 4-1

Jankauskas (1999-00)

1 partido Real-Alavés 1-2

Kovacevic (2001-02)

1 partido Real-Alavés 1-2

Skoubo (2005-06)

1 partido Real-Athletic 3-3

Víctor Casadesús (2007-08)

1 partido Real-Las Palmas      4-0 (2)

Ifrán (2010-11)

1 partido Real-Hércules 1-3

Seferovic (2013-14)

1 partido Real-Getafe 2-0

Sadiq (2022-23)

1 partido Real-Atlético 1-1

Kodro (1991-92)

2 partidos Real-Logroñés 4-0

Kovacevic (Primera etapa)

2 partidos Real-Sporting 1-1

Tamudo (2010-11)

2 partidos Real-Real Madrid 1-2

Jonathas (2015-16)

2 partidos Real-Espanyol 2-3

Aldridge (1989-90)

3 partidos Real-Barcelona        2-2 (2)

Markus Purk (1995-96)

3 partidos Real-Deportivo 2-1

Abreu (2008-09)

3 partidos Real-Zaragoza 1-1

Willian José (2016-17)

3 partidos Real-Las Palmas       4-1 (2)

Carlos Bueno (2007-08)

4 partidos Real-Huesca 2-0

De Paula (1995-96)

5 partidos Real-Rayo 2-1

Carlos Fernández (2020-21)

5 partidos Real-Sevilla 1-2

Craioveanu (1995-96)

6 partidos Real-Racing 2-1

Vela (2011-12)

6 partidos Real-Málaga 3-2

Finnbogason (2014-15)

6 partidos Real-Oviedo (Copa) 2-0

Isak (2019-20)

8 partidos Real-Barcelona 2-2

Sorloth (2021-22)

8 partidos Real-Atlético (Copa) 2-0

Cvitanovic (1997-98)

9 partidos Real-Deportivo 1-1

Delibasic (2007-08)

13 partidos Real-Hércules 2-1

André Silva (2023-24)

13 partidos Real-Valencia 1-0