Desgraciadamente, el fútbol y el discurso de odio van de la mano en la sociedad actual. Por ello, Brais Méndez, jugador de la Real Sociedad, organizó el pasado fin de semana un proyecto, junto a la ONG Igaxes, bajo el lema Stop Odio en Nigrán, Galicia. El objetivo de la campaña es sensibilizar y concienciar a todos y todas las jóvenes frente al odio que hay en el deporte, especialmente en el fútbol.
Para ello, cerca de 200 niños y niñas de entre 12 y 15 años de 24 equipos gallegos diferentes se reunieron en la playa del municipio de la comarca de Vigo para intentar hacer del fútbol un lugar mejor. "Es fundamental que utilicemos el deporte como una herramienta para unir a las personas y erradicar el odio. A través del fútbol, podemos enseñar valores como el respeto, la inclusión y la tolerancia", declaró el centrocampista de Mos.
Además de la competición deportiva, la campaña Stop Odio incluyó talleres de educación y sensibilización en escuelas y clubes deportivos, impartidos por el equipo de psicólogos y educadores sociales de Igaxes. Complementando estas actividades, también se presentó una obra de teatro y una exposición fotográfica con el objetivo de desestigmatizar a la juventud.
El discurso de odio
El poder mediático de los futbolistas y la tensión que se vive en los estadios hacen muchas veces que los propios jugadores sean la diana de los aficionados, recibiendo ataques e insultos. Por este motivo, no es la primera vez que el futbolista alza la voz o decide crear un proyecto ante estos mensajes que se escuchan tanto en los campos de fútbol como en la calle.
"El discurso de odio ataca a las personas y las deshumaniza, provocando no solo daños a nivel personal, sino que también constituye un ataque a la inclusión, la diversidad y los derechos humanos”, indicó el pasado 24 de junio el jugador txuri-urdin.
No es el único
En los últimos meses son varios los jugadores que se han pronunciado en contra de este tipo de comentarios. Uno de ellos es el portero de la Real, Álex Remiro. El de Cascante suele reunirse con jóvenes futbolistas y sus familias en talleres donde fomenta los valores del deporte. "El que está al lado del que insulta también tiene derecho a alzar la voz, a señalarlo, y que esa persona quede retratada”.