El Benfica, rival de la Real Sociedad este próximo martes en la Champions League, no vive horas precisamente tranquilas en el fin de semana previo a su enfrentamiento con los txuri-urdin. El cuadro luso juega este viernes (17.30 hora de Euskadi) su partido de la primera ronda de la copa portuguesa, contra el SC Lusitania de la cuarta división. Se trata de un rival asequible que, sin embargo, tiene sede en las islas Azores, una circunstancia que ha complicado el desplazamiento de los lisboetas hasta convertirlo en algo parecido a una odisea.

La expedición benfiquista tenía previsto tomar un vuelo de aproximadamente dos horas de duración a última hora de la tarde de este jueves. Sin embargo, el mal tiempo que azotó durante la jornada toda la zona sur de la península ibérica demoró la salida del avión hacia Angra do Heroísmo, la capital de una de las islas del mencionado archipiélago. La aeronave no pudo despegar hasta las 21.48 horas de Portugal, las 22.48 en Euskadi. Teniendo en cuenta que en las Azores es una hora menos que en Lisboa, el aterrizaje se produjo en torno a las once (hora local), después de un trayecto que, según indican algunas crónicas lusas, resultó bastante movido debido a las turbulencias.

El Benfica tuvo que completar en autocar el viaje hasta su hotel de concentración, al que llegó cerca de la medianoche (hora local), a las dos de la madrugada en Euskadi. Lo hizo con una expedición compuesta por 19 jugadores y también con seis futbolistas ausentes. Los internacionales Otamendi (Argentina), Neres (Brasil) y Trubin (el portero titular, de Ucrania) no habían llegado previamente a Lisboa con el tiempo suficiente para preparar el partido, por lo que el técnico Roger Schmidt les dejó fuera de la lista. Mientras, el lateral derecho Bah, el pivote Kokçu y el extremo Di María se cayeron de la convocatoria por lesión. Los medios portugueses indican que los tres, titulares habituales, son duda para medirse este próximo martes a la Real Sociedad.