Una mano en el área no tiene por qué ser penalti y en esa condicionalidad se ha movido el arbitraje del Metropolitano para hurtarle un penalti a favor a la Real y pitarle a otro en contra con una disparidad de criterios. El primero llegaba a favor. Vista la llamada del VAR a Munuera Montero, más de un realista pensaba que la Real iba a contar con un lanzamiento desde los 11 metros. Con 1-0 en el marcador, el encuentro se ha detenido cuando el esférico estaba por el centro del campo. ¿Qué ocurría? En el córner que pocos segundos antes había sacado la Real, el remate de Brais Méndez se ha topado con una mano del delantero colchonero que era de todo menos natural.

El hecho que desde la sala VOR, que así se llama de manera oficial, Prieto Iglesias llamara a Munuera Montero, que no había indicado nada en directo, despertaba la ilusión de la parroquia realista, que ha visto que en la segunda parte ha tenido un rendimiento mejor que el discreto que el mostrado antes del descanso.

Pese a la recomendación del VAR, el polémico Munuera Montero ha decidido dejar las cosas como estaban, es decir, con 1-0 y una incredulidad generalizada en la afición de la Real, que veía cómo iba a ser la pagana: pocas veces un árbitro llamado al VAR mantiene su decisión original. Munuera Montero lo ha hecho, para sorpresa de la Real también, que en las redes sociales, que ha lanzado una pregunta a sus seguidores: "¿Alguien nos explica lo de las manos?".

Para más inri, minutos después el colegiado no ha dudado en indicar penalti tras una mano de Carlos Fernández en el área realista. Una disparidad de criterios que ha enfadado sobremanera a la afición realista y, sobre todo, ha decidido un gran partido.