Entrados ya en el primer fin de semana de regatas, con el sorteo de la Champions aún a cuestas y el calendario europeo recién salido del horno, a muchos aficionados les habrá costado hoy entrar en calor futbolístico antes del partido. Se trata aquí, por lo tanto, de resolver una de esas preguntas que siempre surgen en Anoeta entre vecinos de graderío, a quienes suponemos este mediodía más despistados que de costumbre. “¿Quién es ese 26 del Granada?”. La respuesta facilona apuntaría a algún debutante de la cantera a quien el técnico Paco López ha querido dar una oportunidad. “Bah, será un chaval del filial”. La realidad, sin embargo, dice que ese mismo 26, Bryan Zaragoza, es una certeza más que una promesa, y que significa uno de los focos de peligro más relevantes para la Real Sociedad. Cuidado con él.

Zaragoza es joven aún, pero tampoco ningún crío. Tiene 22 años y pertenece a la quinta de 2001, la misma que representan en la plantilla de la Real Take Kubo, Ander Barrenetxea y Jon Pacheco, además de Unai Marrero. Sin embargo, su nombre no comenzó a sonar hasta el pasado curso, debido a que hablamos de un futbolista de explosión más bien tardía. Es de Málaga capital y militó en equipos de la ciudad hasta que, en su segunda campaña como juvenil, recaló en el CD Conejito, una entidad de gran tradición formativa en la capital costasoleña. Allí terminó de despuntar, y allí se ganó que clubes de categoría se fijaran en él, aunque solo a medias. Hizo pruebas en Betis y Sevilla: agua. Fue ofrecido al propio Málaga: agua. Y en esas apareció el Granada para reclutarle: bingo. Era verano de 2019.

Puede pensarse que lo más difícil ya estaba hecho, pero a este menudo y habilidoso atacante (1,64 metros de estatura) le costó luego ascender peldaños . Pasó una temporada cedido en el CP El Ejido, digamos que haciendo la mili. Vivió el siguiente curso en el filial del Granada. Y todo terminó de cambiar para él hace justo un año, cuando debutó en Segunda División, contra el Eibar en Ipurua. Gustó, se quedó en la primera plantilla pese a que su dorsal indicaba lo contrario, alternó suplencias y titularidades (más de lo primero que de lo segundo) y terminó convirtiéndose en héroe del ascenso, al hacer tres de sus cinco goles en las tres últimas jornadas, las decisivas.

Hoy es el día en que sigue luciendo el 26, pero ya con otro estatus. No en vano, este mismo verano se anunció su renovación hasta 2027, noticia que implicó para Bryan la firma de un contrato acorde a las circunstancias: en junio era ya un futbolista de la máxima categoría, teoría que él mismo ha trasladado a la práctica durante estas dos últimas semanas. Suplente en el estreno contra el Atlético (jugó nueve minutos en el 3-1 del Metropolitano), brilló como titular en las siguientes jornadas, tanto en la derrota con el Rayo (0-2) como en la victoria frente al Mallorca (3-2, gol incluido). Tiene duende y está de dulce.

Paco López apuesta por un sistema 4-4-2 extremadamente líquido cuyas piezas, principalmente las ofensivas, aparecen aquí y allá, haciendo gala de un dinamismo máximo. A partir de esta premisa, no tiene mucho sentido subrayar que Zaragoza jugó de extremo zurdo (es diestro) contra el Rayo y de delantero frente al Mallorca, porque su movilidad le permitió en ambos duelos moverse por zonas relativamente similares. En banda, tiende a centrarse hacia el carril interior para dejar espacio al lateral Carlos Neva, un movimiento clásico en los equipos de su técnico y que también ejecuta Melendo en el otro costado. En punta, mientras, busca más la asociación que el remate, convirtiéndose el área en objetivo cuando recibe con espacio para firmar una de sus diabólicas conducciones. La lleva cosida al pie, siempre genera... y además se queda en el Granada. Hasta el cierre de mercado, ayer, su afición temía que sucediera con él algo similar a lo de Samu Omorodion, fichado por el Atlético (y cedido al Alavés) tras exhibirse en el primer encuentro. 

RAÚL FERNÁNDEZ Y LA REAL, UNA VEZ MÁS

El 23 de abril de 2011, la Real de Martín Lasarte, recién ascendida, regresó a San Mamés después de tres temporadas en el infierno. Iraizoz estaba sancionado y Raúl Fernández debutó a los 23 años en Primera División (victoria del Athletic 2-1). Su relación con los txuri-urdin resulta curiosa, pues solo suma 17 partidos en la máxima categoría y tres de ellos fueron frente a los guipuzcoanos: el ya citado, el 1-3 de 2013 en Bilbao ante el equipo de Montanier (cuarto a la postre) y una victoria del Levante (3-0) en 2017 contra la escuadra de Eusebio.