Un grupo de aficionados txuri-urdin que engloba a varios representantes de peñas y a aficionados y socios anónimos ha decidido convocar una concentración de repulsa por los incidentes acaecidos en los aledaños de Anoeta en los últimos tiempos. La gota que colmó el vaso fue lo sucedido en los momentos previos al encuentro de vuelta ante la Roma. Bajo el lema “La violencia no nos representa”, los convocantes pretenden evitar que se vuelva a mancillar el nombre de la Real asociándolo con unos actos de vandalismo que no se corresponden con el sentir general de la parroquia. “Por una afición respetuosa y comprometida. Concentración silenciosa de 5 minutos, a las 18.00 horas en la estatua de Aitor Zabaleta, el día del partido Contra el Rayo Vallecano. Anímate. Errealzaleak”.
El encuentro ante los franjirrojos se disputará el sábado 22 de abril a las 18.30 horas en Anoeta y será el partido correspondiente a la jornada 30, después de recibir este sábado al Getafe (18.30 horas) y visitar al Athletic el día 15 (16.15 horas).
Llueve sobre mojado y la mayor parte de la afición está molesta e incómoda por las situaciones que se han vivido en varios partidos últimamente. A los graves incidentes sucedidos ante la Roma, con peleas directas entre grupos ultras de ambos bandos a la luz del día, con niños presentes por las calles adyacentes al estadio y en plena plaza Aita Donostia, y los enfrentamientos con la Ertzaintza con graves destrozos de inmobiliario incluido, hay que añadir demasiados capítulos sonrojantes con el PSV, en Eindhoven, en Roma, en Graz, o no tan lejos, en Huesca, en Logroño o contra el Betis o el Atlético el año pasado en los prolegómenos de los encuentros de Copa. O incluso frente al Leganés.
Uno de los organizadores de la concentración se mostró tajante al ser preguntado por este periódico: “Estamos cansados de que estén manchando el buen nombre de una afición como la de la Real que siempre ha sido ejemplar cuando ha viajado para acompañar al equipo. Por su culpa ahora nos da miedo ir a algunos sitios por las posibles represalias. Y esto ya no es una cuestión de que te lo hayan contado, todos los hemos vivido y sufrido alguna vez. En Donostia o fuera. Lo peor de todo es que después de lo mal que lo pasamos en su día, de todo lo que sufrimos, tenemos miedo de que algún día pase algo parecido a las puertas de Anoeta como lo que le sucedió a Aitor Zabaleta”.
Como recordarán, el club txuri-urdin emitió un comunicado que no convenció a la mayoría de la hinchada dada la gravedad de la situación que se había vivido, con niños y ancianos por el suelo e incluso seguidores blanquiazules agredidos por denunciar el vandalismo de un sector de su hinchada y algunos vídeos que se hicieron virales eran tan violentos que algunos no se podían creer que estuviesen a 50 metros del campo. “La Real quiere expresar su más enérgico rechazo a los incidentes protagonizados por supuestamente aficionados de la Real y de la Roma en los prolegómenos del partido. Entendemos el fútbol como un escenario de confraternización y unión entre personas, ciudades y pueblos y no como un espacio de confrontación y odio. Queremos mostrar nuestra preocupación por la proliferación de este tipo de incidentes que nos alejan completamente de lo que debe ser el fútbol y el deporte en general. Por último, mostramos nuestra firme determinación para no admitir entre nuestros socios a personas que, si las investigaciones así lo demostraran, participaron en los incidentes”.
La sensación generalizada entre los convocantes es que no están tomando todas las medidas oportunas para evitar que algún día suceda algo de extrema gravedad. “Parece que lo dicen como para cumplir el expediente y pasar página, pero así no podemos seguir. Antes solo hacíamos amigos en los viajes y ahora muchos nos ven como enemigos”.
Lo que tampoco se puede pasar por alto es que el tema de la violencia está generalizado en el fútbol español. No hay más que recordar el hecho de que equipos como el Betis vinieran acompañados de ultras no solo verdiblancos, también del Atlético y que se pasaran el día provocando tanto en las calles de la capital guipuzcoana como dentro del campo. Algo parecido sucedió esta campaña con el Valencia, después de que llevásemos muchos años sin tener noticias de sus radicales en las gradas de Anoeta. Son los propios clubes los que están obligados a vender las entradas que solicitan al anfitrión y a registrar los nombres de todos los que las adquieren para tenerlos bajo control. Algo, por cierto, a lo que no se escapa la Real que, como el resto, también debe tener controladas todas las localidades que le envían cuando va a jugar a domicilio.
Los convocantes ya han solicitado el permiso pertinente y ahora solo esperan y confían en que haya una respuesta masiva para condenar y limpiar el nombre de la afición de la Real que no se corresponde para nada con los últimos acontecimientos acaecidos antes de los encuentros en Anoeta. La cita para todo aquel interesado en acudir a la misma, el sábado 22 de abril, a las 18.00 horas en la estatua dedicada a Aitor Zabaleta, con toda la connotación simbólica que ello representa. Varias peñas ya les han confirmado que no faltarán a la protesta.
