Alexander Sorloth es feliz en Donostia y en el poco tiempo que lleva en la Real se ha ganado el cariño de la afición txuri-urdin. Pese al disgusto de la derrota del pasado domingo, cuando los de Imanol cayeron por la mínima ante el Valladolid en Anoeta, el noruego, al igual que el resto de sus compañeros, no dudó en acercarse a la Aitor Zabaleta Harmaila a agradecer a la afición su apoyo durante todo el encuentro. 

En ese momento, el delantero se fijó en un niño que, a hombros de su padre, portaba una pancarta en la que ofrecía al noruego un curioso trato: el cambio del martillo de Thor por su camiseta. Además de aceptar el trueque, Sorloth no dudó en acercarse a la pareja y estrechar sus manos, lo que multiplicó la emoción del pequeño. 

Un gesto más de un deportista que con sus goles, y este tipo de gestos, se está ganando a la afición txuri urdin.