Solo hace falta seguirle durante unos minutos durante los partidos para corroborar que ya ha dado el salto definitivo. Robert Navarro está encontrando en la Copa el escenario perfecto para demostrar que por fin ha encauzado su talento superior para convertirse en un futbolista de Primera División con una proyección sin límite. Hay una estadística que llama poderosamente la atención en el torneo del KO, y es que ha abierto el marcador en las cuatro eliminatorias que ha disputado la Real. En Talavera de la Reina, nada más iniciarse el encuentro, lo hizo con un zurdazo desde el vértice derecho del área. En Coria tardó tres minutos más para definir con oportunismo una preciosa internada de Momo Cho. En Logroño, mediada la primera parte, logró el definitivo 0-1 gracias a una definición excelsa a pase de Illarramendi que dejó pasar Brais. Mientras que el martes, también en un triunfo por la mínima, decidió el choque otra vez en el minuto 5, como en Coria, al aprovechar una asistencia magnífica de Zubimendi y batir al meta mallorquinista tras un control perfecto y un chut cruzado. 

El mediapunta explicó los motivos de su mejoría tras el partido:“Yo llegué a la Real con 17 años y entonces era un crío. Pesaba unos 62 kilos más o menos, y ahora estoy en unos 70 y medio o 71, depende del día, pero es una evolución de la que estoy contento. El año pasado igual me veía entrenando y te quieres engañar un poco de que estás bien, de que estás para jugar, pero, conforme pasaba el tiempo, me di cuenta que no me encontraba al nivel de otros compañeros. Este año tampoco lo estoy, pero el pasado quise bajar al Sanse porque pensé que era la mejor opción, ya que no me veía preparado todavía, y me fue bien. Yo también veo esa evolución”.