Mohamed Ali-Cho se convertirá durante los próximos días en nuevo jugador de la Real Sociedad Real Sociedad, convirtiéndose en la primera incorporación txuri-urdin en el mercado de fichajes. El futbolista francés de 18 años, perteneciente aún al Angers, concedió durante la recién concluida temporada una entrevista a Pro Direct Soccer France que a continuación queda reproducida en su integridad. La conversación del delantero con el citado medio se produjo en una barbería, mientras al futuro blanquiazul le cortaban el pelo.

Solo tiene 18 años pero su vida ha estado sujeta ya a muchos cambios.

-Nací en Francia y enseguida emigré a Inglaterra con mi familia. En cuanto llegamos allí empecé a jugar a fútbol, pero de forma exclusivamente recreativa. Era muy pequeño todavía. Recuerdo que mi madre me llevaba al parque, en Londres, y yo solo me dedicaba a pasarlo bien con el balón. Luego, cuando regresamos a París, el asunto adquirió ya otra dimensión.

Se enroló en las categorías inferiores del PSG.

-Eso es. Jugué en su cantera desde los ocho hasta los doce años, y me fue muy bien. Pero, por razones familiares, tuvimos que regresar a Inglaterra, esta vez no a la capital sino al norte, entre Liverpool y Manchester. Me sumé a las categorías inferiores del Everton y diría que fue entonces cuando mi carrera dio realmente comienzo.

¿Arrancó allí su formación propiamente dicha?

-Sí, puede explicarse así. Aquellos años fueron los que más me han ayudado a estar donde estoy ahora.

¿Pero se ha sentido en casa cuando ha visitado el Parque de los Príncipes con el Angers?

-Sí, sí, por supuesto que he sentido algo especial. Todo mi entorno es de París y jugar en el estadio del PSG me dice algo distinto. Cuando lo hice en la pasada temporada, las gradas estaban vacías, por las restricciones de la pandemia. Pero en esta última campaña el campo se encontraba lleno. Fue especial.

Ni en casa ni fuera ha tenido enfrente a Messi, baja ante su equipo en los dos partidos de liga.

-Me habría gustado enfrentarme a él. ¿A quién no? Quiero jugar algún día contra Messi. Pero sobre todo quiero ganar ese partido. Quiero ganar contra Messi.

Vuelvo a su etapa en Liverpool, jugando en el Everton.

-Llegué a punto de cumplir los doce años, y siento que me formaron muy bien, desde el principio. Enseguida empecé a jugar con chicos nacidos en 2002, dos años mayores que yo, y también llegó bastante rápido la primera convocatoria con la selección inglesa sub-16. El Everton es un equipo que llevo muy dentro porque, como te decía antes, se trata del club que me formó como futbolista y gracias al que ahora soy profesional.

¿No acusó allí ningún proceso de adaptación?

-Sí lo tuve, pero muy corto. Cuando llegué a Inglaterra, no estaba realmente preparado para jugar allí: hablamos de un fútbol muy físico, de mucho contacto. Pero con doce años de edad, como era mi caso, aprendes muy rápido. En apenas dos meses ya me había adaptado al juego de las islas, que es muy diferente, muy agresivo, de mucho despliegue. Aquel proceso de crecimiento resultó importantísimo para que hoy sea el futbolista que soy.

He leído una entrevista a su exentrenador en el propio Everton. Este destacaba todas las entradas a ras de césped que usted recibía.

-Sí, sí (risas). En los entrenamientos me salían al paso, tirándose al suelo, dos, tres o cuatro compañeros en la misma jugada.

¿Tan rápido iba?

-No lo sé. Yo no entendía nada y a veces hasta me mosqueaba. Además, el entrenador, que ejercía de árbitro en aquellos partidillos, no me pitaba nunca falta. Recuerdo que muchos días volvía a casa totalmente cabreado, muy enfadado. Pero ahora lo analizo a toro pasado y entiendo que aquello me ayudó una barbaridad, para resistir los duelos con jugadores más veteranos y más físicos que yo.

Llegó al Angers con 16 años para compartir plantilla con tipos de 34.

-No le di muchas vueltas al asunto. Todos los que estábamos en el equipo teníamos dos brazos y dos piernas. La edad tampoco importa en exceso. Yo solo pensaba en que si había llegado ahí era porque me lo merecía, así que me centré únicamente en demostrarlo.

¿Cómo fue ese nuevo aterrizaje en Francia?

-Vine en enero de 2020, primero para jugar en el filial del Angers. Lo hice durante tres o cuatro meses. Fue una etapa breve, pero en ella el entrenador me ayudó un montón. Era un míster muy exigente, como a mí me gusta. Estaba muy encima de mí. Y tuvo mucha culpa de que aquel mismo verano me llamaran de la primera plantilla para hacer la pretemporada.

¿Y?

-Las semanas de preparación se me dieron muy bien y Stéphane Moulin (el entrenador) decidió quedarse conmigo. Debuté en la segunda jornada de la liga 2020-21, contra el Girondins. Y fue entonces cuando realmente todo comenzó.

¿Recuerda las sensaciones del día de su estreno?

-Antes del partido sentía la presión, por la magnitud del encuentro, de la categoría y de todo lo que rodea al deporte profesional. Pero luego me pasó lo de siempre: en cuanto toqué el primer balón, me centré en el juego y me dediqué a disfrutar del fútbol.

Era el primer jugador nacido en 2004 a quien se le realizaba un contrato profesional en Francia, y el segundo más joven de toda la historia tras Camavinga. ¿Le pesó?

-No, para nada. De hecho, ni estaba al corriente de esas cosas. Nunca leo la prensa ni escucho nada. Yo solo me ocupo de lo que sucede sobre el terreno de juego, y de lo de fuera ya se encarga mi entorno. Hay cosas que a uno se le pueden subir a la cabeza, así que prefiero pensar solo en el fútbol.

Hábleme de sus allegados.

-Mi éxito es el de toda mi familia. Están ahí para mí, desde el principio. Lo que se han sacrificado para apoyarme es increíble. Mi hermano, mi hermana, mis padres… Se lo debo todo a ellos. Sin su ayuda no me encontraría aquí, haciendo esta entrevista.

Ya es hasta internacional sub-21 con Francia.

-Recuerdo con cariño la primera convocatoria. Estuvo muy bien. Siempre supone una alegría que te llame la selección, más aún cuando tú eres el más joven de todos los convocados. Y luego la experiencia también aporta: viajas al extranjero, te mides a rivales de otros países y calibras tu nivel dentro de un panorama internacional. Aprendes mucho.