El gran día ha llegado para el Sanse, tras 59 años puede volver a ser esta noche equipo de Segunda División. Para conseguirlo, debe ganar al Algeciras en Almendralejo (20.00 horas, Footters). Y también le sirve el empate, aunque con un matiz. Si los 90 minutos iniciales terminan con igualada, habrá que disputar una prórroga. Tras la misma, de persistir el equilibrio, los potrillos podrán festejar igualmente un éxito ilusionante y al que pocos esperaban optar. Al fin y al cabo, el actual curso se presentaba el pasado verano como una encrucijada de caminos en el que resultaba difícil intuir dónde iba a terminar cada cual. Así que garantizarse la nueva Primera RFEF ya supuso una gran noticia para el filial realista. Ahora, sus jugadores, con el sobresaliente asegurado, buscan la matrícula de honor.

No lo van a tener sencillo. Para empezar, porque afrontan tan decisivo choque con dos bajas sensibles respecto a la semifinal contra el Andorra. El centrocampista Jon Ander Olasagasti causa baja por culpa de problemas en una rodilla. Y ayer a mediodía trascendió que Jon Pacheco no había viajado el jueves con la expedición txuri-urdin. El defensa de Elizondo es el relevo en la convocatoria de Imanol de Igor Zubeldia, positivo en coronavirus, lo que deja al Sanse sin un zaguero de garantías. En este sentido, la recuperación de Urko González de Zárate, quien concluyó tocado el último partido, supone un alivio para Xabi Alonso, quien podría recurrir al vitoriano para la retaguardia. Robert Navarro, quien también abandonó el campo con molestias el pasado sábado, se encuentra igualmente disponible.

El técnico txuri-urdin es un entrenador con tendencia a introducir constantes matices en el funcionamiento de su equipo. Y seguro que hoy da continuidad a semejante actitud. Pero él mismo se encargó de puntualizar ayer dentro de la fidelidad a un estilo que ha traído a los potrillos hasta aquí. Contra el Andorra, saltaron al césped mandones, dominadores, marcaron rápido el gol inicial y disfrutaron de situaciones para haber hecho alguno mal, dentro de un arranque elogiado por el propio Alonso. Después, ya en ventaja, se vieron superados durante una larga media hora por un rival que les minimizó, lo que el míster ha situado en el debe de sus pupilos. Quiere que sean valientes. Que no tengan miedo a perder lo conseguido. Porque entiende que gran parte del éxito puede pasar por conservar esa valentía.

Enfrente estará hoy un Algeciras con la moral por las nubes. Los gaditanos entraron en el play-off de ascenso como terceros de grupo y, por lo tanto, afrontaron su eliminatoria contra el San Sebastián de los Reyes con piel de cordero. Sin embargo, firmaron un comienzo eléctrico, muy similar al del mismo Sanse contra el Andorra, e inclinaron la balanza para terminar imponiéndose por 3-1. Lo visto en dicho encuentro apunta a un adversario correoso, que imprime al juego un ritmo alto y que apoya buena parte de sus ofensivas en las proyecciones al ataque de su lateral derecho. El entrenador es Salva Ballesta, aquel delantero que marcó en su día cuatro goles en Anoeta, con la camiseta del Racing, y que ahora amenaza el sueño en txuri-urdin de un prometedor grupo de chavales.