a frase resulta brillante y corresponde a un entrenador brasileño, un tal Tim, que dirigió a la selección de Perú en el Mundial de 1982. Este técnico comparó a los equipos de fútbol con una manta corta, aludiendo a los efectos que tiene en su estructura el empeño en defender o atacar mejor. Si te tapas la cabeza para protegerte atrás, te enfrías los pies y no metes ni miedo al portero rival. Si por el contrario te tapas bien las piernas con el afán de resultar más peligroso en la fase ofensiva, te enfrías la cabeza y el adversario llega en oleadas a tu área. A la hora de pensar en el partido de ayer, seguro que Imanol tuvo todo esto muy en cuenta, mientras analizaba cómo aterrizaría en Anoeta el Valladolid.

Es el pucelano un equipo cuyo éxito en las dos temporadas previas (se salvó en ambas) residió en taparse la cabeza. Es decir, en hacer de la solidez virtud y esperar a que sus escasos goles significaran puntos. De cara al presente curso, sin embargo, el técnico Sergio González apostó por mover un poco la manta. "Vamos a cubrirnos mejor los pies, a costa de pasar algo más de frío en las orejas", pensaría en verano. Pero la apuesta no ha terminado de salirle bien, porque la mejoría en ataque, tímida, se ha visto combinada con un empeoramiento drástico en la contención. Nuestro míster tenía todo esto controlado, seguro. Y al parecer intuyó que la obligación castellana en Anoeta podía llevar al rival a plantarse en Donostia con riesgo de pulmonía. Ordenó a Remiro, Aritz, Le Normand y Guevara que tiraran de la manta. Lo hicieron. Y dio rienda suelta a que Silva, Januzaj, Isak y Oyarzabal se divirtieran correteando por el gélido tronco de un Valladolid abrigado solo de cintura para abajo. Goleada.

Así explicado, parece sencillo. No lo fue tanto. ¿O sí? Hubo de todo un poco. Muchas de las transiciones txuri-urdin nacieron de groseros fallos técnicos del rival a la hora de ejecutar pases y acciones relativamente fáciles. Pero varios de esos ataques verticales se los cocinó también la propia Real, exponiéndose con su juego desde atrás pero encontrando casi siempre a un hombre libre por fuera que descargara rápidamente a la zona de la mediapunta. Así generó el equipo txuri-urdin un buen puñado de oportunidades, no superiores en número, eso sí, a las que ha podido crear en otros partidos esta temporada. La gran diferencia respecto a tardes anteriores residió en el tremendo acierto mostrado por los de Imanol ayer, lo que sirvió para sentenciar la victoria con mucha antelación.

¿Y ahora qué? Todavía va a tener razón Imanol con aquello que dijo antes del partido contra el Elche: quedaban cuatro jornadas de Liga y aseguró que para entrar en la Europa League iban a hacer falta tres victorias más. Un triunfo en El Sadar supondrá el billete matemático. Pero yo sigo pensando que la victoria no resultará necesaria, viendo lo que espera al Betis (jugará en Vigo contra un Celta lanzado y apoyado por cinco mil espectadores) y al Villarreal (visitará al Real Madrid). El holgado marcador al descanso en Anoeta nos dio luz verde para tirar de transistor durante la segunda parte, en la que no llegaron buenas noticias desde el Villamarín y La Cerámica. Sin embargo, pudimos alegrarnos por la victoria merengue en San Mamés, que sitúa a los de Zidane en disposición de ganar la Liga y les obliga a pisar el acelerador contra el propio Villarreal.

Por cierto, el año pasado, casi a estas alturas, nos andábamos quejando por aquí (con razón) del calendario tan comprimido que los horarios estaban generándole a nuestra Real. En esta ocasión, digámoslo todo, los dos rivales directos de los txuri-urdin están viéndose obligados a tragar con situaciones parecidas. El Betis, por ejemplo, deja atrás una semana en la que le han hecho jugar lunes, jueves y domingo, por aquello de que le televisaron en abierto contra el Granada. Y el Villarreal, estando el sábado libre como está, se plantará en Valdebebas el domingo, solo tres días antes de disputar el partido más importante de su historia. Aprovechemos estas circunstancias que ahora favorecen y que en 2020 tanto penalizaron.