- La noticia de la lesión de David Silva cayó como un rayo en la afición txuri-urdin. Todo estaba siendo demasiado bonito como para que no se produjera algún tipo de infortunio dado el maratón de encuentros que están afrontando los blanquiazules. La verdad es que en tiempos de crisis y de apretones, ninguno de los clubes se está librando de este tipo de contratiempos. Si la Real quiere ser grande, tiene que aprender que el peaje a pagar es lograr que sus reservas de la unidad B consigan que no se note la ausencia de sus mejores soldados.

La doctrina de Imanol siempre se ha basado en no perder ni un minuto en lamentaciones y en centrarse en encontrar soluciones. Tras el mazazo inicial que supone la rotura de Silva, llegó la tranquilidad de pensar que el oriotarra cuenta con un atractivo abanico de posibilidades para cubrir la baja del canario. La pena es que una de las más interesantes, sobre todo para competir fuera de casa, era la de adelantar la posición de Jon Guridi. La lesión del azpeitiarra, que le va a mantener en el dique seco bastante más tiempo y que incluso pone en duda su participación en lo que resta de 2020, es otro golpe duro, porque además sus entradas en el once permitían descansar a Merino, algo que apenas pudo hacer la campaña pasada.

Silva se había perdido dos encuentros esta temporada, los dos primeros: en Valladolid, en el que a Imanol Alguacil no le tembló el pulso a la hora de dar entrada a Roberto López, y ante el Madrid en casa, en el que colocó a Oyarzabal en el centro. Si nos remontamos al año pasado, en los partidos que se perdió Odegaard, que era quien ocupaba la mediapunta, el técnico se decantó por Sangalli en cuatro ocasiones, en un par en Januzaj y en una ocasión en Oyarzabal y otra en Merino. Visto el sobresaliente rendimiento que cuajó en Cádiz, todo invita a pensar que el elegido será el belga y que el capitán se mantendrá en la banda donde acostumbra a ser un puñal.

La cuestión si entra Januzaj, que hasta la fecha ha disputado esta campaña nueve encuentros en los que solo ha sido titular en tres oportunidades, es que el equipo perderá en la presión adelantada, aunque mantendrá ese juego entre líneas de calidad con la magia que también estila. En el caso de que se decante por centrar la posición de Oyarzabal, su aportación al juego txuri-urdin será distinta, con una propuesta más de conducciones y de romper a los espacios, ya que no atesora tanta calidad individual para hacer los encajes de bolillos a los que nos tienen acostumbrados Silva y Januzaj. Y, por supuesto, mucha más llegada. Si Imanol cree que, como sucedió en el encuentro de ida, el dominio de la posesión lo va a manejar de forma nítida su equipo, lo lógico es pensar que se decantará por Januzaj. Si, por el contrario, considera que los holandeses esta vez sí les van a discutir la pelota y le da mucha importancia a morder en las posiciones adelantadas para impedir que sus mediocentros elaboren el juego, parece más probable que apueste por la potencia física de Oyarzabal (acumula 1.081 minutos esta campaña) y que el bruselino se mantenga pegado a una banda, con Portu en la otra.

El sustituto natural para esa demarcación, sobre todo si se tiene en cuenta que la plantilla dobla jugadores en todas las demarcaciones, sería Roberto López (con Sangalli por ahora no se puede contar). El maño regresó con confianza de la sub’21, tras marcar dos goles jugando de falso 9, pero lleva sin entrar en el equipo desde Vigo y sin ser titular desde la primera jornada (266 minutos). La opción más defensiva sería subir a Merino, con doble pivote Guevara-Zubimendi; y otra, muy novedosa, dar entrada a Merquelanz.