- ¿Qué tal fue el redebut?

-Bien. Fueron 30 minutos que me vienen perfectos para seguir cogiendo ritmo, para tener continuidad, que he estado mucho tiempo parado. Las sensaciones fueron buenas, físicamente me encontré bien y al final tengo que ir acumulando minutos para ir cogiendo forma.

¿Le hizo especial ilusión?

-Sí, está claro. Ya dije hace dos años cuando me lesioné que mi ilusión era llegar para final de temporada para disputar minutos, pero no lo logré. Esta vez sí me tocó y acabé muy contento, aunque es verdad que sin público en casa es diferente.

Aunque ha jugado más veces ahí, sorprendió que actuara en la banda derecha.

-Por la derecha también me encuentro bien, cómodo. Mi último año en el Sanse con Imanol lo jugué todo por la derecha. Si el míster puede contar en las dos bandas conmigo, mejor, más oportunidades. En Miranda actuaba habitualmente en la izquierda, aunque también me tocó jugar algún encuentro a banda cambiada.

¿Le dijo algo en especial Imanol?

-Que estuviese tranquilo, que teníamos que matar el partido y que hiciera lo que sabía hacer.

No se podía esperar un comienzo complicado otra vez con lesiones.

-Al final desde que llego, desde el primer entrenamiento solo consigo encadenar tres sesiones. Empiezo con las molestias en la espalda y me encuentran dos hernias. Las lesiones musculares vienen a raíz de la espalda y es lo que me ha tenido parado. Pero voy a mejor y estoy con ganas de encadenar partidos y entrenamientos.

¿Cómo se tomó la noticia de que tenía dos hernias?

-Te lo tienes que tomar lo mejor posible, pero te das cuenta de que es bastante habitual en mucha gente. El problema es cuando te generan más molestias de lo habitual, hay gente que tiene alguna y no le molesta, y a mí una de ellas sí me estaba presionando la raíz nerviosa, me provocaba dolores y no me permitía estar a gusto. Me dijeron que tuviese paciencia, que en el 90% de los casos se curan con trabajos de movilidad y con tiempo. Queríamos evitar la cirugía.

¿A día de hoy le duele?

-Estoy mucho mejor, no puedo decir que no me duele, pero me permite entrenar y competir. En ese aspecto estoy bien, poquito a poco.

Muchos se preguntan cómo es posible que Guridi y usted no hayan tenido problemas en Miranda y, en cambio,a la vuelta...

-No. Creo que es casualidad. Mucha gente de mi entorno me ha dicho en broma que tengo algo maldito con la Real o Zubieta porque la última vez que estuve me rompí la rodilla, ahora que vuelvo con buenas sensaciones tras el gran año en Miranda van me encuentran las hernias, pero son cosas que tienen que pasar y han sucedido así. Es parte del deporte.

Bueno, lleva muchos años más en Zubieta y le ha ido muy bien...

-Está claro. Llegué en juveniles y he tenido muchas etapas muy buenas sin lesiones y no estoy para quejarme.

La intensidad que mete Imanol igual tiene algo que ver...

-La categoría es superior, los jugadores son de más nivel y todos sabemos cómo es Imanol, que le gusta la intensidad, que los jugadores estén enchufados, que no te permite respiros. Hay que estar preparado y hay que rendir lo mejor posible.

Su intento de vaselina desencadenó la tormenta el miércoles.

-Si tuviera una parecida lo volvería a hacer. Luego lo estuve hablando con él. Es un recurso a la hora de finalizar, pero él nos exige mucho en esos ejercicios de uno contra uno y quiere que marquemos muchos goles. No encadenamos una racha buena en ninguno de los dos frentes y paró el ejercicio y nos dio un toque de atención. Pero eso nos viene bien para no relajarnos y seguir haciendo todo bien.

A ustedes no les impresionan ya las broncas del míster.

-En la del campo de Atlético de Madrid B que contó en su día Oyarzabal yo no estuve pero me la contaron (risas). He tenido alguna que otra experiencia en Zubieta. Es muy intenso, lo vive mucho y al final esa rabia la expresa así. Pero luego nunca ha tenido ningún problema con ningún jugador y se lleva bien con todos. Pero esa rabia la desata así. Son cosas suyas (risas).

La estrategia de zanahoria y palo.

-Es eso. Él nos hace ver la diferencia entre antes de empezar los entrenamientos, que son todo risas y collejas, el calentamiento que incluso puedes estar más relajado hablando, pero a la hora en que hay que trabajar no quiere risas y tonterías, la gente tiene que estar seria y hacerlo lo mejor posible. Ahí es donde nos exige.

¿Pensaba en ese momento que iba a triunfar en la elite?

-Nunca se sabe a ciencia cierta. Sí que me parecía que era un entrenador que le venía como anillo al dedo a este equipo y haciendo lo que estaba haciendo en el filial le iba a ir bien.

Se conocen bien los dos.

-Sí. Es importante. Yo estuve con él varios años en el Sanse, tengo muy buena relación y mucha confianza. Pasé con él mi primera lesión de rodilla y en ese sentido no hay ningún problema.

Los futbolistas se dividen entre los que se han roto la rodilla y los que todavía no lo han pasado.

-Tranquilamente, porque, ¡madre mía! A mí al menos no me quedan más rodillas que romper y en ese aspecto estoy tranquilo (risas).

¿El otro día no se la aparecieron los fantasmas de Eibar?

-No. Tengo la suerte de que cuando salgo al verde me olvido de las lesiones que he tenido. Las de la rodilla en ningún momento me han venido a la cabeza y eso me ayuda a evadirme y competir con normalidad.

La noche de Eibar fue terrible€ El equipo perdió por su lesión.

-Fue una sensación fea. El día del debut esperas que sea un día bonito y especial y primer balón que toqué me fui al suelo. Con la experiencia de la anterior lesión, cuando llegaron los médicos les dije que no necesitaba ningún tipo de prueba, que me había roto. Que no sacaran el Reflex. Ni me insistieron ni me preguntaron, hicieron el cambio y así fue.

Al menos ganó el cariño de un equipo hundido por su infortunio.

-Si te digo la verdad veía a gente que estaban casi peor que yo. Yo tenía asumido que tenía esa lesión, ya la había pasado una vez, y solo me quedaba aceptar que tenía que recuperarme y volver más fuerte. Pero sí había compañeros que son más aprensivos o no lo pueden asumir tan fácil y se encontraban peor.

Lo de Santander fue distinto, porque ahí era la estrella del filial e iba a subir al primer equipo.

-En ningún momento me habían comentado eso, pero sí que salió en prensa como que parecía que esa era la intención del club. Pero fue mala suerte. Estaba en una época buena, me encontraba compitiendo bien, pero vino la lesión de rodilla que me tuvo parado mucho tiempo.

A día de hoy, ¿sus rodillas están operadas, pero perfectas?

-Sí. En ese aspecto me encuentro bien, no tengo ningún episodio de molestias o inflamación o de que un día me despierte mejor o peor, así que puedo confirmar que mis rodillas están bien.

Se comió mucho la cabeza en la soledad, muchas noches en vela...

-Lo piensas y es difícil, pero cuando sufro la lesión en Ipurua en ningún momento pensé en venirme abajo o en llorar por frustración porque no ganas nada con eso. No tiene solución y solo queda recuperarse y hacer trabajos para preparar el preoperatorio. Tras pasar por el quirófano vuelves a ver lejano el momento de competir, pero es lo que toca y empecé con muchas ganas a pensar en volver lo mejor posible.

Impresiona su madurez, ¿de verdad que ni una lágrima?

-En algún momento estuve a punto de soltar alguna, pero por mensajes que recibí de gente que veía que estaba peor que yo. Pero cuando te pasa así no te ayuda en nada, solo hay que pensar en recuperarse y me conciencié rápido en tirar para adelante.

Entró recién operado al gimnasio y salió hecho un toro.

-Sí. Yo cuando estaba en juveniles no había sido muy amigo del gimnasio y luego cuando se dieron esas primeras tomas de contacto estando en el Sanse, que teníamos un día a la semana tren superior, vas cogiendo unas rutinas. Luego con las lesiones también y creo que en ese sentido sí que ha habido un cambio entre el Martin que llegó en juveniles y el de hoy en día.

¿Las operaciones también le han cambiado como futbolista?

-Yo diría que me veo igual o intento las mismas cosas, pero porque me encuentro con la confianza de que mis rodillas me responden bien y no limitan. En ese aspecto no ha cambiado nada.

Miranda fue como un balneario...

-Al principio de la cesión salí con la incertidumbre de ver a qué nivel podía estar, porque antes de la cesión,cuando empieza la pretemporada, me noté falto de ritmo. Pero desde el momento en que llegué tuve la suerte de contar con el míster, su confianza y de tener minutos y probarme y verme bien, comprobar que las rodillas respondían bien, que físicamente estaba bien y luego el año salió redondo.

Guridi y usted han llevado vidas paralelas. Serán íntimos...

-Sí. Con Jon tengo buena relación desde que llegué en juveniles, son muchos años con él. Es muy buen chaval y esa cesión nos ha acercado un pelín más si cabe. Guridi hizo una temporada terrible. Quizá llaman más la atención los números de un delantero, pero él era una pieza clave en el equipo porque nos daba mucho con balón y sin balón, era un jugador muy completo y esencial.

Se buscaban en el campo...

-Sí. Veníamos de Zubieta, de una filosofía de tener el balón, de jugarla por abajo y como nos conocíamos más nos buscábamos más. Pero tanto con él como con cualquier compañero buscábamos buenas asociaciones.

¡Ahora le pone los cuernos con David Silva!

-(Risas) Todos sabemos que cualquier balón que pase por Silva va a llegar a mejor puerto. Todo lo que pueda asociarse con él mejor para el equipo.

Sus números fueron de crack...

-Sí, no te voy a engañar. Ni mucho menos me esperaba hacer los números que hice, pero llega todo en función de la confianza del equipo, del míster. Yo me encontraba con mucha confianza, me sentía bien, las rodillas respondían bien y tuve suerte de ver portería, asistir€

Ahora que Oyarzabal regala penaltis igual le merece la pena acercarse si está en el campo.

-(Risas) No tendría ningún problema en lanzarlo, pero tenemos a nuestro especialista que es Mikel y, como nunca falla, que los tire él.

El Mirándes reconoció que recibió muchas ofertas para hacerse con su fichaje el pasado invierno.

-No me llegaron a decir nombres, pero sí me hablaron de intereses de clubes de Primera. A mí también me sorprendió que el director deportivo lo anunciara así, que no tengo problema con ello, ¿eh? Pero solo era interés, no había ofertas sobre la mesa.

La sombra del Athletic planeó sobre su renovación.

-En el mundo en el que estamos sabemos que en situaciones como estas, cuando se da esa incertidumbre, muchas veces se habla más de la cuenta sin saber la situación real, pero forma parte de este deporte el crear esa sensación. Yo desde el primer momento estaba tranquilo, hablé con mi agente, con Olabe, con el presidente y en ese aspecto no ha habido problema por ninguna parte.

¿Dudaba por el superávit de extremos de calidad?

-Yo sabía que si venía a la Real el nivel iba a ser altísimo. Los extremos que hay son de primer nivel y, aunque venía de hacer una buena temporada en Miranda, aquí nadie te regala nada y yo tenía que pelear con todos por un puesto. Sí que te da que pensar pero cuando lo pones sobre la balanza te das cuenta de que pelear por un puesto en el equipo en el que has estado desde pequeño es parte del deporte y estoy donde quiero estar.

Hasta se llegó a rumorear que era del Athletic desde txiki...

-No soy mucho de leer prensa y demás, pero siempre hay algún amigo o familiar que lo lee, me mandaban capturas y la verdad es que me echaba a reír, pero es parte de este deporte. No pasa nada. Para mí jugar en la Real es cumplir un sueño. Desde que llegué he estado muy contento y solo tengo palabras de agradecimiento para el club y su gente.

Imagínese que un gol suyo elimina a la Real de la semifinal de Copa...

-Era una situación complicada, pero en ese momento pertenecíamos al Mirandés y si lo hubiésemos tenido que hacer lo hubiésemos hecho. Competimos bien, sobre todo en Anoeta, pero la Real tenía un equipazo y a la vuelta nos pasaron por encima.

Perder la semifinal con un Segunda y ganar luego la final. No estaría mal.

-Sería curioso. Eso sí que los comentábamos con compañeros en el Mirandés que nos decían: Vosotros os dejasteis en la eliminatoria porque sabíais que luego os esperaba la final (risas). Siempre de buen rollo. No creo que nadie sospechara de nosotros.

Su generación es de oro...

-Me acuerdo de cuando estábamos en juveniles y se valoraba mucho esta generación, no éramos tan conscientes. Cuando pasan los años te das cuenta de que Álvaro está en el Madrid, Luca, Bautista, yo mismo llegamos al primer equipo, Capilla debutó€ Es una generación que salió muy buena.

¿Le dolió más perder la final de la liga o caer en la Youth League?

-Fueron momentos complicados. La eliminación del Schalke nos hizo bastante daño porque nos pusimos por delante. Pero ellos tenían buen equipo y nos acabaron remontando.

Le llamaron Aperribay, Olabe e Imanol para que renovara.

-Si se da esa situación es porque el club cuenta contigo, confía en ti y te lo demuestran de esa manera. A mí también me gustó ese gesto.

¿Se ha dado un salto de calidad?

-Es una categoría más, internacionales con sus selecciones y eso se nota. No me quedaría con uno en especial.

¿Se puede soñar con el título con este fondo de armario?

-Eso viene de los entrenamientos de Imanol que exige tanto al que juega como al que no. Y esa competencia es que todo el mundo esté enchufado y el que sale tenga que dar la talla. El título son palabras muy mayores. Cada partido vamos a salir a ganarlo y estamos muy bien, en muy buena línea. Vamos líderes aunque es un poco irreal viendo las potencias que tenemos en la Liga.

¿Qué quiere tener de los extremos?

-De Janu, la magia. De Oyarzabal, la efectividad. De Barrene, la explosividad. Y de Portu, el trabajo, garra, pelea...

¿Qué le queda por mejorar?

-Muchas cosas, porque en el fútbol nunca se deja de aprender y en ese aspecto, a este nivel con los jugadores que tengo a mi alrededor, tengo que coger lo mejor de cada uno y ponerlo en práctica.

¿No descarta otra cesión en enero?

-No lo he planteado. El no jugar a nigún futbolista le agrada, pero no me vengo abajo y sigo trabajando para tener minutos y hueco en el once.

"Me hizo mucha ilusión volver a debutar con la Real ante el Granada, aunque es verdad que sin público en nuestro casa no es lo mismo"

"Nunca se sabe a ciencia cierta, pero en el Sanse pensaba que Imanol le vendría como anillo al dedo al primer equipo"

"Tengo la suerte de que cuando salgo al verde me olvido de las lesiones que he tenido, y ahora tampoco me han venido a la cabeza"

"Lo que necesito es acumular minutos de entrenamiento y partidos, porque una de las hernias me producía mucho dolor"

"Mi ultimo año en el Sanse con Imanol lo jugué todo por la derecha; si puede contar en las dos bandas conmigo, mejor, más oportunidades"

"Sabía que si volvía el nivel era altísimo, que los extremos son de primer nivel y yo tenía que pelear con todos por un puesto"

"Para mí jugar en la Real es cumplir un sueño; desde que llegué he sido muy feliz y solo estoy muy agradecido al club y a su gente"