- Pese a que la temporada pasada finalmente se pudiera finiquitar, después del parón por la pandemia, con un último tramo liguero exprés y no hubo, al menos de manera oficial, demasiados casos de COVID-19 entre los jugadores de Primera División, la nueva campaña se presenta con un alto grado de incertidumbre. Son numerosos los positivos registrados en los diferentes clubes de la máxima categoría, entre ellos en la Real, que en lo que llevamos de pretemporada ha anunciado seis: Aritz, Mikel Oyarzabal, David Silva, Willian José, Januzaj y Kevin (confirmados estos dos últimos ayer, a posteriori y tras la recuperación de ambos). Completa la lista de afectados en el plantel Álex Remiro, infectado durante el confinamiento de la pasada primavera.

Por tanto, la lógica, a tenor de la evolución de la propia pandemia, invita a pensar que durante esta próxima temporada el COVID-19 pueda provocar situaciones que impidan a algún equipo a disputar un partido, bien sea por el alto número de bajas en su plantilla o por el obligado confinamiento de algún lugar donde haya un campo de los conjuntos participantes, por poner dos ejemplos.

Por este motivo, LaLiga y la Federación Española de Fútbol, pese a las continuas disputas de los presidentes que dirigen ambos organismos -Javier Tebas y Luis Rubiales, respectivamente-, han creado un marco legal para combatir las posibles contingencias e imprevistos que provoque la pandemia del coronavirus. De esta manera, en principio, se podrán evitar situaciones rocambolescas, y finalmente de consecuencias muy negativas, como las acaecidas con el caso del Fuenlabrada.

Entre estas nuevas normas, se abre la posibilidad de que un equipo pueda jugar con un mínimo de cinco jugadores de la primera plantilla, y no siete -como ha ocurrido hasta ahora-, en el caso de que un equipo se vea afectado con una gran cantidad de casos de COVID-19. De modo que equipos que apuestan por su cantera, como la Real, podrían verse beneficiados en estas situaciones límite.

En este sentido, cabe reseñar que, además de las 25 fichas del primer equipo, cada club podrá inscribir otras diez licencias de jugadores del filial con los que se podrán contar durante la temporada, es decir, que el técnico podrá disponer de hasta 35 futbolistas con licencia. A esto hay que añadir que, pese a que en un principio se decidió que no se volvería a aplicar la norma de los cinco cambios para cada equipo durante un enfrentamiento -realizados, eso sí, en tres tandas como máximo, sin contar el descanso como una-, al final esta norma se dejará tal y como finalizó la campaña anterior; y, de igual manera, en lo que se refiere a las convocatorias, se mantendrán las de 23 jugadores. Esto quiere decir que se mantienen las novedades que se introdujeron para resolver el anterior curso liguero con el propósito de paliar el efecto de la acumulación de esfuerzos en los futbolistas y buscar minimizar el riesgo de lesiones.

Además, los clubes tendrán que comunicar antes del 18 de septiembre el estadio ubicado fuera de la comunidad autónoma en el que disputarán su partido en el supuesto de que no puedan jugar en el suyo por causas de la pandemia.

Incluso cada equipo dispondrá de la opción de aplazar un encuentro, no más, siempre que no se pueda celebrar el mismo por situaciones relacionados con el COVID-19, como puede ser que no se disponga de un mínimo de trece futbolistas entre los de la primera plantilla y el filial para afrontar un duelo liguero o que no se permita viajar a un equipo atendiendo a prohibiciones sanitarias. Pero cada club solo podrá aplazar un choque, siempre antes de la 30ª jornada, y el resto de partidos, en el caso de producirse, se darán por perdidos por 3-0. Y si coinciden dos formaciones con el mismo caso, la derrota será para los dos contrincantes.

Por último, se permitirá la sustitución de los integrantes del cuerpo técnico afectados por el virus; y, asimismo, se acortarán los plazos de llegada de los equipos a los estadios.

La Real, que de la mano de Imanol se caracterizó por gestionar bien los recursos de su plantilla y los del filial, podría ser uno de los clubes que partan con ventaja en esta nueva tesitura habida cuenta de los contratiempos que pueden salpicar a la temporada del fútbol -como a las del resto de los deportes-.

Prueba de ello es que Imanol ha echado mano en los cinco amistosos disputados durante la pretemporada de 33 jugadores entre los de la primera plantilla (19) y el Sanse (14). Y eso que aún no se han estrenado siete jugadores del primer equipo: el fichado David Silva, Adnan Januzaj, Martín Merquelanz, Asier Illarramendi, Ander Guevara, Sangalli y Kevin.

A diferencia de otros clubes, en la Real muchos de los componentes de su filial ya tienen experiencia en la elite y saben lo que es jugar en Primera División, como son los casos de Näis Djouahra o Jon Pacheco. Por su parte, los potrillos Gaizka Ayesa, Aritz Arambarri, Urko González de Zárate, Robert Navarro, Xeber Alkain, Aritz Aldasoro, Julen Lobete y Jéremy Blasco son habituales en los entrenamientos de Imanol y han participado en los amistosos de la pretemporada. Por tanto, el técnico oriotarra tiene bien cubiertas las espaldas.

25

Cada club puede inscribir hasta 25 futbolistas con licencia del primer equipo y, a partir de ahí, podrá recurrir al filial hasta completar 35 fichas.

5

Al final se mantienen los cinco que permitió la FIFA durante el tramo final de la temporada pasada pese a que se especuló con anular esta medida.