La 'nueva normalidad' apunta al filial

El mejor ejemplo fue el partido amistoso contra el Villarreal del miércoles, donde Imanol Alguacil miró a la lista de disponibles y le faltaba medio equipo de un once tipo para la primera jornada en Valladolid: por diferentes razones, ya explicadas en anteriores ediciones de este periódico, ni Mikel Oyarzabal, ni Mikel Merino, ni Diego Llorente, ni Adnan Januzaj, ni Alexander Isak ni el recién incorporado David Silva viajaron a Castellón. En su lugar aparecieron en la convocatoria nombres inéditos en el primer equipo realista como los de Xeber Alkain, Urko González de Zarate y Jon Ander Olasagasti.

Otros canteranos como Jérémy Blasco, Roberto López, Robert Navarro y Naïs Djouahra volvieron a tener minutos en Vila-real, un hecho que se ha convertido en habitual para ellos en los test de esta corta pretemporada, y un quinto futbolista, el central Aritz Arambarri también se volvió a enfundar la camiseta txuri-urdin de los mayores ante el submarino amarillo.

El que faltó a la última cita -y se notó- fue Martín Zubimendi, convocado por la selección española sub-21 tras su gran txanpa final en la última liga con el primer equipo.

El potrillo aprovechó su ocasión tras el confinamiento y sacó a relucir sus ilusionantes cualidades, entre ellas, la paciencia de un canterano que parece veterano, y a buen seguro tendrá más oportunidades este curso. Zubimendi, al que todos los técnicos de Zubieta ya le auguraban un futuro prometedor, es la primera figura de un grupo de jóvenes futbolistas de la casa que ampliarán este año el fondo de armario txuri-urdin.

Una virtud, en campañas anteriores, que se ha convertido en necesidad para la Real en el objetivo marcado por Imanol de "ser competitivos en cada una de las competiciones que disputaremos" el próximo curso. Exigencia será una de las palabras de la temporada en el fútbol profesional español, y más aún en los equipos que tengan la suerte -por supuesto- de disputar competiciones europeas o Supercopas, como es el caso de los donostiarras.

Tras el encuentro ante el Villarreal, Imanol se mostró "contento con la respuesta de todos los del filial, ya que no era fácil jugar ante un equipo que es más de Champions que de Europa League".

El técnico oriotarra explicó también que, tras una primera parte con graves errores que condenaron al equipo ya desde el minuto uno, con el gol de Coquelin, el planteamiento de la segunda mitad, con mayoría de jugadores del Sanse, fue más conservador, esperando "juntitos" y buscando hacer daño a través de transiciones.

En este sentido, el míster txuri-urdin se mojó al apuntar que las bajas sensibles que sufrió en Vila-real, algunas de ellas por el coronavirus, van a continuar "así durante toda la temporada, pero todos los equipos lo vamos a acusar". "Hay que saber adaptarse" a esta "atípica" situación, aseveró.

Esta temporada "va a ser importante tener buen fondo de armario. Por eso tenemos la suerte de tener el filial para echar mano de él", apuntó el técnico. "Hoy -por el martes- hemos venido con numerosísimas bajas importantes y eso el equipo lo nota. Si va a ser así durante todo el año, será complicado, pero va a serlo para todos", reflexionó.

Tras la derrota en Castellón, a la Real le restan solo dos test más de preparación. Ambos, a disputar mañana, ante el Alavés, por la mañana (11.30), y frente a Osasuna por la noche (20.30), en el encuentro del que saldrá el nuevo campeón de la Euskal Herria Txapela. Imanol va a aprovechar este supersábado de partidos para "intentar ajustar cosas, con muchas bajas", pero sin excusas: "Son con los que vamos a iniciar la Liga y vamos a intentar estar preparados para el arranque contra el Valladolid".

"Este año será clave tener buen fondo de armario; nosotros tenemos al filial para poder echar mano"

"Hay que saber adaptarse a esta situación porque creo que será así durante toda la temporada"

Entrenador de la Real