- La Real Sociedad y el Athletic emitieron ayer un comunicado dando a conocer que los presidentes de ambos clubes solicitaban a la Federación Española que la final de Copa se pudiera celebrar "con público, a puerta abierta". La nota expresó que "el deseo y la voluntad" de txuri-urdin y rojiblancos "siempre ha sido, ahora y antes", disputar el partido "con la presencia" de sus aficiones. Asimismo, el documento pidió que el título reciba, pese a disputarse con retraso, "la consideración de oficial". Y demandó igualmente "un acuerdo de modificación de calendario" para el curso 2020-21, con el objetivo de incluir el decisivo derbi en la agenda de la próxima temporada. El texto conjunto se fraguó en una reunión a tres bandas con Luis Rubiales, por lo que no extrañó que la Federación apenas tardara un par de horas en responder con una segunda nota, aceptando el deseo de ambos clubes.

¿Qué significado encierra el movimiento de los dos conjuntos vascos? El más evidente supone la renuncia de Real y Athletic a la plaza continental asignada a través de la Copa del Rey. La Federación pensó de inicio en conceder un billete al finalista mejor clasificado de la Liga (o al finalista peor clasificado en el caso de que el otro terminara la Liga entre los seis primeros). Sin embargo, la UEFA se ha encargado de recordar estas últimas semanas que tal criterio no atiende, a su juicio, a méritos deportivos. La Real, cuarta actualmente con ocho puntos de renta sobre el octavo (el Villarreal), siempre ha visto con buenos ojos el aplazamiento de la final. La novedad de ayer reside en que el Athletic también renuncia a esa plaza europea que concede la Copa, movimiento que cobra mayor relevancia en su caso: los de Gaizka Garitano son décimos en la tabla, a cinco puntos del séptimo.

¿Y qué hay de lo relativo a la final en sí misma? ¿Garantizan la solicitud y el visto bueno federativo que el duelo vaya a aplazarse a la próxima temporada? Fuentes jurídicas consultadas por NOTICIAS DE GIPUZKOA y especializadas en asuntos deportivos apuntan a que sí, a que el decisivo Real-Athletic podrá jugarse el próximo curso, con público si la situación sanitaria lo permite. Este periódico informó en su edición del sábado acerca de que en el seno del club txuri-urdin existían dudas sobre si la UEFA aceptaría el retraso de la final. El organismo europeo enumeró el pasado 23 abril los "motivos legítimos" para no terminar una competición: "Órdenes oficiales que prohíben eventos deportivos o problemas económicos insuperables". Así las cosas, resultaba lógica la incertidumbre en las oficinas de Anoeta, pues entre las razones expuestas no figuraba retrasar toda una final para poder jugarla con público.

No obstante, las mencionadas fuentes consultadas por este diario recalcan que la Copa del Rey "es competencia exclusiva de la Federación Española". "La UEFA tiene la potestad de admitir o censurar los criterios por los que los equipos se clasifican para sus torneos. Pero la Copa del Rey es un torneo de la Federación. Así lo dice su reglamento". El ente presidido por Luis Rubiales no tardó en pronunciarse ayer mismo, tras el comunicado conjunto de Real y Athletic, y aseguró mediante una nota compartir el deseo de ambos clubes. La propia Federación agradeció la disposición de guipuzcoanos y vizcainos, e indicó asimismo que procede ahora a "articular los mecanismos reglamentarios necesarios para que la final se dispute como competición oficial en el momento oportuno en 2020 o 2021, siempre antes de que se celebre la final del curso 2020-21".

La interpretación de las razones "legítimas" dictadas por la UEFA con las que se justifica la no conclusión de un campeonato se circunscribiría así al carácter clasificatorio de ese campeonato para las competiciones europeas 2020-21. Todo lo demás, jugar la final o no, con público o sin él, en una fecha o en otra, entraría ya en terreno estatal. "Y no creo que la UEFA vaya a intervenir en asuntos domésticos", concluye el jurista consultado, apuntando a un desenlace del que siempre se había mostrado partidaria la Federación.

Dar vía oficial a la nueva final y encontrarle una ubicación en el calendario es ahora cuestión de días, semanas a lo sumo. Pero el objetivo final de retrasar el duelo, jugarlo con público, lo deja todo a instancias de la evolución de la crisis sanitaria. Y es que esa es otra. Ahora mismo no puede garantizarse que una hipotética final copera programada para, por ejemplo, abril de 2021, pudiera jugarse con espectadores en las gradas. En Inglaterra, la BBC informó ayer de que la Premier League trabaja en el escenario de que la próxima temporada deba desarrollarse íntegramente a puerta cerrada. En España, mientras, la presidenta del Consejo Superior de Deportes, Irene Lozano, se ha mostrado contundente. "Hasta que no tengamos un tratamiento absolutamente eficaz o una vacuna, no serán posibles la aglomeraciones".

Fuentes jurídicas consultadas apuntan a que aprobar el aplazamiento no es competencia de la UEFA

La Federación, organizadora de la competición, fijará una nueva fecha en la campaña 2020-21, "siempre antes de la final" del próximo curso