aixo afición txuri-urdin! Fue curioso lo que sucedió en mi demarcación durante aquellos años tan movidos. Salió el referente. El gran referente para todos aquellos que llegábamos de la cantera. Y sin embargo enseguida aparecimos varios candidatos a ocupar su vacante. Un compañero algo mayor que yo lo hizo con garantías a lo largo de varias temporadas. Pero también se marchó. Y llegó entonces mi oportunidad. Fui titular habitual. Así que el canterano que me seguía en el escalafón decidió probar suerte en otro club. Resultó al final que, un año después de su traspaso, yo también dejé la Real. ¿Adivináis con qué destino? Sí, el mismo equipo. A un equipo que cubrió el puesto con dos futbolistas fogueados en Zubieta.

Hoy es el día en que echo la vista atrás, analizo lo sucedido y pienso que, si me llego a quedar, habría tenido serias opciones de vivir cosas muy bonitas como txuri-urdin. Así lo hicieron la mayoría de integrantes de mi generación en el Sanse. Y tampoco es que la Real contratara a una súper estrella para cubrir mi puesto. Apostó por un futbolista de perfil bastante bajo en el momento de recalar en Donostia, un jugador que terminó ofreciendo un rendimiento notable, pero que aquel verano tenía, según lo dictado por el propio mercado, un estatus distinto al mío. Ahora, a toro pasado, repaso la trayectoria final de ambos y creo que me adelantó con creces. ¿Habría sido todo diferente de haber permanecido yo en el club? Quién sabe.

Hay otra circunstancia que me una a ese jugador que llegó a vuestro equipo para sustituirme. Los dos hemos vestido la misma camiseta. Bueno, las mismas camisetas. Porque los dos hemos jugado en la Real. Y los dos hemos vestido también de amarillo. Él sigue en activo. Yo estoy retirado. Puede resultar llamativo, porque soy un año menor. Pero el fútbol se me terminó pronto. Colgué las botas hace casi cinco años, cuando expiró mi último contrato como futbolista profesional. Había firmado por espacio de una sola temporada. La terminé. Y con solo 29 años me convertí en exfutbolista. Ahí queda mi carrera. Y ahí queda aquel golazo que marqué de blanquiazul, uno de los mejores que habéis visto desde que inauguraran Anoeta en 1993.