aixo afición txuri-urdin! Os saludo desde vuestra propia tierra. Di varias vueltas por aquí cerca, después de dejar la Real. Y ahora estoy de regreso. Sigo mucho la actualidad del equipo. Me formé en su cantera y aún conservo algún amigo en él. Y recuerdo con mucho cariño mi etapa como blanquiazul. Es una lástima que no lograra asentarme en la primera plantilla, con la que firmé en su día una estadística curiosa. Disputé en ella un total de 16 partidos. La integré durante una temporada y media. Y nunca llegué a ser titular en un encuentro oficial. Cuando debuté en aquella visita al Las Palmas tenía solo 20 años y una carrera entera por delante. Confiaba en desarrollarla en el seno del club por espacio de mucho tiempo. Y, sin embargo, mis mejores momentos llegaron defendiendo la camiseta de otros equipos.

Mis inicios lejos de Donostia no fueron nada sencillos, circunstancia en la que las lesiones, una lesión principalmente, tuvieron mucho que ver. Después, todo cambió para mí cuando aterricé en el club adecuado y quizás también en el momento idóneo. La entidad vivía momentos bajos. Necesitaba un empujón. Y lo mismo le sucedía a mi trayectoria deportiva. Unimos fuerzas para subir un escalón y terminé así de explotar, llegando a firmar cifras que llamarían la atención a cualquiera. También se fijaron en ellas los rectores del equipo por el que terminé fichando. ¡Un equipo que iba a disputar aquella edición de la Champions League! Hoy es el día en el que puedo presumir de haber jugado la máxima competición continental, aunque tampoco es que lo hiciera con excesivo protagonismo. Nos eliminaron en la liguilla y jugué tres partidos, solo uno en el once titular.

Aquellas dos temporadas y media, principalmente la primera de ellas, supusieron el máximo que he alcanzado en mi carrera, al menos en lo que respecta a categoría y participación. Y es que, cuando salí del club, no volví a moverme en esos niveles. Este pasado verano, una sorpresa desagradable y de última hora me dejó vendido sin tiempo para reaccionar. Así que tuve que tirar de paciencia para seguir dedicándome a lo que más me gusta, jugar a fútbol. Lo hago desde enero, en un campo que hace doce años me vio marcar con el Sanse el gol de mi vida.