- “Tenemos que estar en casa, unidos, remar en la misma dirección y dentro de poco regresaremos a la rutina. Pronto saldremos de esto”. Con este mensaje de solidaridad y esperanza se despidió Álex Remiro de la videoconferencia de prensa que emitió ayer la Real en su página web. El meta fue el primer miembro de la plantilla txuri-urdin en tomar la palabra desde que se suspendió la competición. Sobre la mesa, cómo no, la final de Copa de Sevilla: “Es un partido que está ahí, que se tiene que jugar, no me planteo no hacerlo. Y, cuando piensas en ello, tienes que pasar toda la energía a los entrenos, al día a día. No entra en la cabeza de nadie jugarla a puerta cerrada y no creo que se dé así. Si es una obligación y no hay otra salida, se hará, pero en mi mente no cabe por ahora esa opción”.

El navarro no se toma el duelo más importante de su carrera como un reto personal. “No me lo tomaría como una reivindicación, porque eso es más del trabajo en los entrenamientos y en los partidos, pero está claro que sí sería un partido muy bonito. Es especial, porque es una final, un derbi, que será muy bonito para la gente y para nosotros, y trataremos de conseguir lo que queremos”.

Los jugadores echan de menos ir a Zubieta, aunque no puedan descuidar su forma física: “Ahora también nos toca hacer bici estática y trabajo de fuerza. Nos tenemos que adaptar. Poco a poco iremos variando los ejercicios, para adaptarlos a nuestra posición específica, para trabajar más temas de frenadas y apoyos, para luego llevarlos a la portería. Llopis ya nos ha dicho que tratará de ajustar los ejercicios desde esta semana”.

Los técnicos han dividido a la plantilla en distintos grupos: “Cada uno tiene su plan especializado. Los grupos son de siete u ocho jugadores y cada uno cuenta con su preparador físico. Nosotros estamos con Alain (Sola). Por las mañanas nos pasa los ejercicios que suelen ser de fuerza y de potencia y luego con la bici de cardio. Nadie sabe cuándo vamos a volver a entrenar y a jugar. Ahora es momento de pensar en lo realmente importante, que es estar cada uno en su casa, cuidarse mucho, mantener una buena higiene y la distancia con la gente cuando vamos a la compra”.

Desde su aterrizaje en Zubieta, Remiro se ha sentido como en casa: “En el vestuario estoy genial, estoy súper a gusto, hay un grupo de maravilla, nos llevamos todos genial, tanto los jugadores como los entrenadores. Me han tratado desde el primer día como uno más”. Sobre sus citas preferidas, elige dos encuentros de Copa: “Me quedaría con los partidos de Copa de Miranda y el Bernabéu, por lo que significan, por la energía que nos dan, por como los jugó y los asumió el equipo. Creo que son los partidos más importantes”.

Admirador de los cánticos de la Zabaleta, al de Cascante le haría ilusión tener su propio grito de ánimo: “Durante el partido, al no participar tanto como un jugador de campo, me da tiempo a prestar atención a la afición, a lo que canta y lo que ocurre, ya más o menos me las voy aprendiendo, y el día de mañana me gustaría tener una, pero no por pedirla”.

A la hora de elegir de un compañero, escoge a “Martin, Merino o Zaldua, que le tengo al lado y es muy pesado”. Y su sitio en Donostia lo tiene muy claro: “Me gusta bajar a La Concha al final del día con los perros, estar una hora o así. Es un sitio especial para todos los que vivimos aquí”.

Remiro confesó que detener una pena máxima siempre es especial para un portero: “Cuando paras un penalti se siente mucha alegría. Hoy en día, los porteros partimos con mucha desventaja por el tema de la línea y es algo digno de valorar. Los que lo consiguen tienen mucho mérito”.

Por último, entre risas, no descartó lanzar una falta de campo como hizo Bravo con éxito hace diez años: “Sí que me atrevería a lanzarla, pero tendría que negociar con los tiradores y sería una dura pelea para quitarles el balón”.

Global. La Real no está destacando precisamente por la fiabilidad defensiva esta temporada. Hasta la suspensión del campeonato, los blanquiazules eran el tercer conjunto más realizador del campeonato con 45 goles en 27 encuentros. Sin embargo, en lo que respecta al capítulo de tantos encajados, sería el décimo, con 33.

Remiro y Moyá. Moyá comenzó jugando la Liga y lo hizo a un buen nivel. El mallorquín apenas cometió errores importantes y, pese a que el equipo es de clara vocación ofensiva, solo recibió nueve tantos en siete encuentros (1,29%). Remiro se hizo con la titularidad en la novena jornada ante el Betis y ya no ha vuelto al banquillo. Su promedio es algo mejor, sobre todo tras la mejoría defensiva de las últimas semanas en la mejor racha del curso con 24 goles en 20 choques (1,20%). Ninguno de los dos está cerca de poder aspirar al trofeo Zamora, algo lógico dado el arriesgado y descarado estilo de Imanol.

“De la temporada me quedo con los partidos de Copa de Miranda y el Bernabéu, por lo que significan, la energía que nos dieron y cómo jugamos”