donostia - El cuento de hadas del Mirandés en la Copa del Rey 2011-12 tuvo tintes más épicos que la actual andadura de los burgaleses en el torneo. Aquella escuadra semifinalista no militaba en Segunda, sino en Segunda B. Y apeó a tres equipos de Primera como han hecho ahora los de Andoni Iraola, pero lo consiguió en eliminatorias a doble partido. Es decir, visitando estadios de la máxima categoría: El Madrigal, El Sardinero y Cornellà, concretamente. Se quedó a un paso de la final, en la que se habría medido al Barcelona, cayendo goleada en el antiguo San Mamés (6-2), tras haber perdido igualmente en Anduva (1-2).

El mérito de aquel conjunto entrenado por Carlos Pouso residió principalmente en que su gesta se produjo bajo un formato copero muy duro, que convertía en prácticamente imposible firmar hazañas como la vivida en Miranda de Ebro. Tener la opción de vivirlas exigió en primer lugar superar tres rondas iniciales a partido único, en las que el equipo burgalés superó a Amorebieta, Balompédica Linense y Logroñés. Y en el primer sorteo de envergadura tocó el Villarreal, un equipo que terminaría aquella temporada descendiendo a Segunda pero que la había iniciado compitiendo en la Champions League. En la ida, en tierras burgalesas, el partido terminó 1-1. En el feudo amarillo, mientras, ganó el Mirandés (0-2).

El Racing fue la siguiente víctima. Y cayó luego el Espanyol, en una de las noches más recordadas en Anduva. Los rojillos ganaron 2-1 gracias a un gol en el descuento, después de haber perdido por la mínima en Cornellà (3-2). Nadie puede decir que el Mirandés no es un equipo copero.