Isak no para. Tras dar una auténtica exhibición en el Bernbaéu, el delantero sueco volvió a ser decisivo para que la Real se llevará el derbi en Anoeta ante el Athletic Club. Tras un igualado primer tiempo, Portu abrió el marcador en el minuto 65, aunque poco tardó Williams en igualar el encuentro. Cuando el partido parecía estar abocado al empate, Isak hacía el segundo a falta de 10 minutos para el final para dar los tres puntos a los de Imanol y afrontar enrachados la semifinal de Copa ante el Mirandés.

El derbi llegaba eclipsado por los cuartos de final de la Copa del Rey que ambos equipos superaron después de un gran esfuerzo. Así, tanto Imanol como Garitano decidieron rotar y dar descanso a jugadores como Isak, Williams o Muniain pensando en la eliminatoria de Copa. La primera parte comenzó con los txuri-urdin controlando el partido y un Athletic que buscaba alguna contra para llegar con peligro al área de Remiro. Para el minuto 10, Portu había puesto a prueba a Unai Simón con un disparo raso que el cancerbero de Murgia tuvo que despejar con muchas dificultades. La Real controlaba el partido y llegaba con cierto peligro al área contraria, pero a partir de la media hora de juego los vizcaínos comenzaron a llegar a la portería de Remiro aunque sin acierto.

En la segunda mitad, los entrenadores decidieron dar entrada a los titulares y el partido cambió por completo. La presencia de Munian, Williams e Isak agitó el encuentro y las ocasiones empezaron a llegar una detrás de otra. Oyarzabal no quiso rematar un gran pase de Isak, pero poco después Portu conseguía batir a Simón tras una gran jugada del sueco.

La alegría, sin embargo, no duró mucho en Donostia ya que cinco minutos más tarde una pérdida de Guevara propiciaba el gol de Williams para empatar el partido. El gol bajaba las revoluciones del partido hasta el minuto 83, cuando una gran jugada trenzada entre Januzaj y Portu dejaba solo a Isak, que a la segunda conseguía marcar el gol decisivo. El marcador no se iba mover del 2-1 hasta el final del partido, un final algo accidentado tras una fuerte entrada de Muniain a Oyarzabal que le costó la roja al primero.