Respira aliviada la isla, donde hace un par de semanas parecían tener pocos argumentos futbolísticos a los que agarrarse. El recién ascendido Mallorca había aprovechado su inercia positiva para arrancar la Liga haciéndose fuerte en casa, donde sumó catorce puntos de 24 en sus ocho primeras citas. Pero las derrotas de Son Moix ante Betis y Sevilla, justo antes de las navidades, dañaron ese hilo que mantenía con vida a los bermellones. Con los puestos de descenso acercándose peligrosamente y atrapando al final a los de Vicente Moreno (cayeron a la 18ª plaza tras perder en Granada el 5 de enero), gran parte de las esperanzas se centraron en la enfermería, de donde comenzaba a asomar la figura de Cucho Hernández, un colombiano de 20 años cuya dupla con el croata Budimir ha declarado el estado de optimismo en Palma.
Cucho llegó al Mallorca en verano. Cedido por el Watford. Y lesionado. Las circunstancias de su fichaje generaron controversia. Del avión a la camilla. Para un rato largo además. Hernández no debutó hasta la 16ª jornada de Liga, el 7 de diciembre en el Camp Nou. Pero un par de actuaciones sobre el verde, una principalmente, han bastado ya para cambiar por completo las perspectivas. Este joven delantero contribuyó con 16 goles al ascenso a Primera del Huesca, en 2018. El año pasado, mientras, se estrenó en la élite con los aragoneses, viendo puerta en cuatro ocasiones. Volvió a prestarle el Watford durante la última pretemporada, buscando una confirmación definitiva que puede producirse en la delantera balear.
Compartiendo once Por primera vez en la Liga (ya habían compartido once en la Copa ante el Zamora), el Mallorca alineó de inicio el domingo, contra el Valencia, a Cucho y a Budimir. No están llamados a jugar bajo el foco mediático. No optan al Balón de Oro ni a ningún galardón semejante. Pero ambos apuntan a formar una sociedad productiva que hasta la fecha se ha demostrado coherente y dañina para el rival. El origen futbolístico de Cucho es el ya comentado. El de Budimir, un ariete más veterano (tiene 28 años), habla de un trotamundos del balompié que podría haber encontrado en las Baleares su contexto ideal. Había jugado en Croacia, en Alemania, en Italia? Hasta que en enero de 2019 llegó al cuadro bermellón cedido por el modesto Crotone, de la Serie B del calcio. Contribuyó con seis goles al ascenso. Y el club pagó 2,2 millones de euros por su traspaso, este julio.
Apenas habían actuado juntos durante un puñado de minutos. Pero Cucho y Budimir parecían llevar toda la vida compartiendo delantera mientras el domingo caían los goles del Mallorca en la portería del Valencia. Uno mide 1,75. El otro, 1,90. Pero a simple vista sus roles no resultan tan marcados como indicarían sus perfiles. Cucho es capaz de bajar a recibir el balón y de protegerlo, pese a su estatura. Budimir también puede correr al espacio, pese a su envergadura. En ataque no paran quietos y se mueven de forma complementaria, apuntando a quebradero de cabeza para las defensas. Pero en la última jornada también acreditaron disciplina en la presión, neutralizando a todo un Dani Parejo a base de vigilancias constantes. La historia del fútbol está llena de flores de un día, de circunstancias que prometieron y que quedaron en nada. Un colombiano y un croata, ambos delanteros, empiezan a determinar hoy en Anoeta si su película tiene continuidad o se desvía hacia el terreno de lo efímero.
Edad. 28 años. Nació el 22 de julio de 1991.
Estatura. 1,90 metros
Nacionalidad. Croata, aunque nació en Zenica (Bosnia).
Trayectoria. Zapresic, Lokomotiva Zagreb (Croacia), St. Pauli (Alemania), Sampdoria, Crotone (Italia).
Edad. 20 años. Nació el 20 de abril de 1999.
Estatura. 1,75 metros
Nacionalidad. Colombiana.
Trayectoria. Deportivo Pereira, América de Cali (Colombia) y Watford (Inglaterra). El club inglés le ha cedido a Huesca y Mallorca.