Ese viento helado que te encadena
Hace 50 años, o por ahí, estaba en casa viendo la televisión. Emitían un programa musical. Canciones del momento y novedades. De repente, apareció una chica joven con una guitarra y un suéter. Sencilla como la vida misma. Le puso vida a una letra formidable. Aquella actuación me impactó. Era María Ostiz. Desde aquel momento le seguí, compré todos sus discos, aprendí las letras de memoria y aún hoy las podría repetir sin equivocarme. Hay muchas canciones con historias del camino. Una de ellas "Nana a una madre frustrada" va llena de sentimiento y crudo realismo. Avanzada la historia, sopla en el relato "Da tanta pena ver ese viento helado que te encadena".
¿Cuántas veces nos hemos quedado helados en un partido de fútbol del que esperabas una cosa y salía otra? ¿Quién de vosotros pensaba en una victoria tan redonda como la de anoche? ¿Quién soñaba con una catarata de goles, tres, y juego? Se pasa del optimismo previo a la decepción con una facilidad pasmosa. No hace falta irse muy lejos en el tiempo. Allá por agosto-septiembre, este equipo era el espejo de la liga. Todos admiraban la belleza de su juego y los buenos resultados. Aquella flor de un día se marchitó y dejó el jardín con la tierra yerma y sin colores en los pétalos. Cambiamos de jardinero y aparecieron los brotes verdes y ciertas ilusiones con las que poder mirar sin vergüenza al huerto. Lo de anoche fue un espectáculo para dejar boquiabiertos a todos. De principio a fin.
No sé el porqué, quizás por el sofoco reinante o por el calor ardoroso del match, pero al concluir el partido con los colchoneros, vino a mi cabeza la canción y la letra. Viendo a Griezmann en el lado contrario, su juego efervescente, su osadía, sus goles, su todo pienso en lo que hoy sucedería si estuviera en nuestro lado. Él decidió un camino porque creyó firmemente en él y en sus posibilidades. Le ha salido cara en la moneda y hoy es un jugador afamado, cotizado, internacional, mundialista, con la misma cara de niño de siempre y con el mundo por montera, aunque ayer no brillara ni él ni sus compañeros, porque los realistas les maniataron de principio a fin.
Nos puede dejar una talegada monumental en la caja, si los rumores se hacen realidad. Al fin y a la postre se convertiría en el jugador que más dinero trajo a las arcas de este club. Aperri debe estar encomendándose a todos los santos por las mañanas y supongo que está dispuesto a ofrecer velas, óbolos, caridades y limosnas para que El principito salga volando de su actual nido. ¡Nos vendría de puturrú!
Juega y defiende la camiseta rojiblanca. La que ayer visitaba Anoeta para sumar tres puntos más en su lucha por ser subcampeón de liga y preparar a conciencia el asalto a la final de la Europa League. Cuentan con un entrenador que no baja la guardia ni roncando y pese a las bajas, a las lesiones, a la plantilla corta da la cara, gana partidos y no le meten un gol ni sin portero. Contra eso Imanol preparó un plan, un antídoto con el que seguir su marcha triunfal. Sabiendo que en siete días se jugaban tres partidos, movió alguna ficha. Entre ellas la de Rubén Pardo, otra vez titular, y que recibió una ovación del respetable cuando le cambiaron. Luego, se repite la comunidad de ideas y sentimientos. Todo son abrazos y reconocimiento al esfuerzo. El equipo contagió al público y el respetable se pegó una jartá de animar y aplaudir. Lo mismo que quien suscribe que se quedó sin voz cantando el de Willian y sobre todo los dos últimos porque significaban tres puntos valiosos que nos sacan del tedio y nos devuelven al camino del disfrute. Nadie podrá quejarse de lo que el equipo ofreció anoche en Anoeta. Todo lo contrario.
Nos hubiéramos quedado helados si en alguna de esas acciones de balón parado que remataron el balón hubiera superado a Rulli y los puntos no se hubieran quedado en la mochila. Sería injusto, porque el partido fue unidireccional, porque el equipo lo dio todo y desarmó al rival, segundo en la liga, a base de juego y entrega sin freno. No suelo destacar a ninguno, pero voy a hablar de Januzaj. Es un artista. Es lo mejor que ha hecho desde que llegó, quizás porque encuentra el espacio natural para disfrutar, el apoyo de quien le anima para intentarlo y la confianza de protagonizar un partido soberano ante un rival de enjundia como los madrileños.
La zaga no perdió el sitio ni un segundo. El medio campo se dejó el alma bajando y subiendo. Comentada la delantera por el flanco derecho, Willian José es como el hada madrina que con la varita hace magia, lo mismo que Mikel Oyarzabal (zorionak, moñoño, por tu cumple) que tira del carro como los motores de un portaviones. Me vengo arriba porque sigo disfrutando del buen fútbol, de actuaciones primorosas y de las victorias. Encadenarlas supone una brisa agradable a la que me aferro. Iñaki, ¿estás contento? Sí, mucho.
PD: Hace unos días envié un mensaje a un entrenador de fútbol de primer nivel para felicitarle por la victoria. Después de agradecerme el detalle, preguntó "¿Sabes quién es el próximo entrenador de la Real?". Respuesta: ¡Mamón! Y más cosas que aquí no puedo, ni debo, escribir. Es el tema estrella y a su alrededor conviven el bochinche y la trapatiesta, el humor y el vocerío. Y como tarden mucho en decidirse y hacerlo oficial, nos va a atravesar ese viento helado...