donostia - En Europa piensa hasta Imanol Alguacil, aunque él no lo reconozca abiertamente. Ayer, tras la victoria frente al Atlético de Madrid, el técnico oriotarra se limitó a citar “el partido de Málaga” como único objetivo en el horizonte. Pero su extensa rueda de prensa dio para que se le escaparan unas expresiones que iban más allá del compromiso del domingo (16.15 horas) en La Rosaleda. “Si seguimos así, podremos tener un final feliz” o ir “paso a paso” de aquí al final de Liga supusieron frases que evidenciaron que las perspectivas del entrenador blanquiazul son ambiciosas. No es para menos, porque la clasificación y las matemáticas dicen que la séptima plaza, de logro utópico hasta hace nada, vuelve a suponer una meta alcanzable.
De momento, la Real tiene a cinco puntos al Sevilla, el séptimo clasificado. Pero está por ver si esa plaza terminará suponiendo un premio cuando termine la competición. En este sentido, el equipo txuri-urdin también jugará mañana sábado la final de la Copa del Rey que los hispalenses disputan contra el Barcelona. Al cuadro guipuzcoano le interesa sobremanera una victoria culé, resultado que dejaría al propio Sevilla (de momento) sin billete continental y que provocaría que el séptimo clasificado final entre en la Europa League. A partir de ahí, todos los esfuerzos se centrarían en hacer un acopio suficiente de puntos como para alcanzar la mencionada posición. El partido en el Sánchez Pizjuán el próximo viernes 4 de mayo a las 21.00 horas puede resultar clave, teniendo en cuenta, además, que la Real tiene el average con los andaluces encarrilado tras la victoria de diciembre en Anoeta (3-1).
muchos implicados Si los cinco puntos que separan a la Real de la séptima plaza se presentan como un obstáculo salvable, más complicado se antoja recortar la diferencia superando además a todos los equipos implicados en la pugna. Y es que no puede olvidarse que los txuri-urdin son undécimos en la clasificación. Entre ellos y el Sevilla figura el Girona, que les supera en cuatro puntos. También el Getafe, con dos más. Y el Celta, con uno de renta respecto a una Real igualada además a 43 con el Eibar. El calendario de los de Imanol Alguacil es el que es, y alterna partidos a priori asequibles con otros muy complicados. Por este orden, deben visitar al Málaga, recibir al Athletic, visitar al Sevilla, recibir al Leganés y visitar al Barcelona. La hazaña va a exigir sumar muchos puntos, una circunstancia en la que invita a creer la racha reciente del equipo. Desde la llegada del oriotarra a su banquillo, ha sumado diez de doce.
Parece evidente, por otra parte, que una hipotética clasificación europea de la Real se produciría tras alcanzar la escuadra guipuzcoana la séptima plaza, ya que la sexta, ocupada por el Villarreal, se encuentra a ocho puntos. De este modo, si la Real se ganara el derecho a disputar la en su día conocida como Copa de la UEFA, lo haría mediante tres previas veraniegas durante seis jueves consecutivos en julio y agosto. La alegría y el atractivo de jugar una competición continental podría con creces con unos contratiempos que, eso sí, acusaría el nuevo técnico que aterrice en el club en verano. Con un proyecto por iniciar, la llegada de encuentros oficiales en el corto plazo podría entorpecer un trabajo que, por mucho que la situación haya mejorado, se antoja muy necesario.