Donostia - Hay sensaciones y tendencias en el mundo del fútbol que escapan de cualquier raciocinio explicable. Responden simplemente a sensaciones labradas a base de golpes y desengaños, a base simplemente del paso del tiempo y de la constante caída de las hojas del calendario. A fenómenos como el descrito atienden las experiencias de la Real en los campos de Getafe y Levante, dos estadios que históricamente se le han dado mal, y que durante la actual temporada han vivido ya sendas visitas txuri-urdin: en ambos casos la estadística negativa se ha visto alimentada, curiosamente cuando el equipo de Eusebio ha ganado en sus tres otras salidas, a priori más complicadas; Vigo, A Coruña y Vitoria.
Durante la pasada primavera , con la campaña de Segunda División en su fase decisiva y en plena pugna de la Real por entrar en Europa, la afición txuri-urdin miraba de reojo a la categoría de plata con cierto recelo. El Levante apuntaba a ascender con holgura. Y el Getafe también se encontraba inmerso en la lucha por regresar a la máxima categoría. La perspectiva de tener que volver a jugar en el Ciutat de Valencia y en el Coliseum Alfonso Pérez generaba cierta pereza en la parroquia blanquiazul, cuyos malos presagios de hace unos meses no han tardado en convertirse en realidad.
En primer lugar, el Levante certificó con holgura su ascenso como líder de la división de plata. Y luego el Getafe consiguió el billete a Primera en una complicada promoción de ascenso. Los madrileños superaron en la eliminatoria inicial al Huesca. Y en la confrontación decisiva se deshicieron del Getafe, remontada incluida en su estadio.
Con la máxima categoría ya configurada, el sorteo del calendario deparó que las visitas de la Real a los equipos en cuestión tuvieran lugar durante el primer tramo del campeonato, y los resultados, quizás previsibles atendiendo a la historia reciente, no han podido ser más decepcionantes. 3-0 en el Ciutat de Valencia y 2-1 ayer en el Coliseum.
un dato contradictorio La percepción previa al partido de ayer era la correcta. A la Real no se le da bien el campo del Getafe. Pero su trayectoria más reciente en el recinto madrileño no resultaba tan negativa. Los últimos tres partidos allí jugados se habían saldado con dos empates y una victoria. Y la anterior derrota allí databa de mayo de 2013, cuando los locales remontaron un gol de Carlos Vela en pleno camino txuri-urdin hacia la cuarta plaza. Montanier perdió en sus dos comparecencias en territorio azulón, pero antes Martín Lasarte había ganado allí 0-4, siendo siempre malas las experiencias en Getafe previas al descenso de 2007.
El mencionado historial reciente, de cierto cariz positivo, arrancó en enero de 2014, en un duelo que en cualquier caso dejó un mal sabor de boca en clave txuri-urdin. la Real de Arrasate se adelantó 0-2 ante un rival que terminaría empatando. En marzo de 2015, mientras, con David Moyes en el banquillo, aquella Real firme en casa necesitaba un triunfo a domicilio que llegó por fin en Getafe, gracias a un cabezazo de Iñigo Martínez que se convirtió en el 0-1 definitivo tras golpear en el palo y en el portero local. Y finalmente llegó el partido de diciembre de aquel mismo año, con Eusebio recién aterrizado en el banquillo. La Real completó un buen partido, con ocasiones suficientes para ganar, aunque no pudo pasar de la igualada (1-1) con diana de Imanol Agirretxe.