donostia - No fue la de anoche una victoria de esas que invitan a sacar excesivas conclusiones positivas. La Real se impuso en el campo del Lleida en un encuentro disputado por los txuri-urdin con actitud funcionarial. Saltaron al terreno de juego, cumplieron con unos requisitos mínimos que caben exigirse durante cualquier encuentro de competición oficial, ante el rival que sea, y regresaron a Donostia con pie y medio en los octavos de final. Sin embargo, sí reconforta ver cómo los txuri-urdin sacan ahora adelante encuentros que en su historia reciente han supuesto motivo de repetidas pifias.
Cierto, el equipo de Eusebio Sacristán se impuso al Lleida, un conjunto de Segunda B. Pero ninguna de las últimas cuatro visitas blanquiazules a un estadio de la categoría de bronce se había saldado con triunfo. Para dar con la última victoria realista en un encuentro así hay que remontarse a la campaña 2004-05. Entonces, los dirigidos por José María Amorrortu superaron la primera ronda copera ganando al Burgos en El Plantío, al remontar un 1-0 adverso gracias a las dianas de Darko Kovacevic, Xabi Prieto y Mikel Alonso. Semanas después, aquella misma plantilla daría comienzo a la racha que rompieron ayer los txuri-urdin, con una dolorosa eliminación en Anduva. El empate sin goles contra el Mirandés se tradujo luego en una dolorosa eliminación durante la tanda de penaltis.
Igual suerte corrió el equipo una campaña después, la 2005-06, en el campo del Zamora. Los 120 minutos de partido (prórroga incluida) se saldaron con empate a uno. El actual entrenador del Lagun Onak, Igor San Miguel, adelantó a los castellanos y Óscar de Paula igualó la contienda, en cuya tanda decisiva los guipuzcoanos no lograron convertir ni uno solo de sus lanzamientos. El propio De Paula ya había fallado otro penalti durante el encuentro. Fue un episodio triste, en el que la Real tocó fondo en cuanto a gafe copero. A partir de entonces, los cambios en el formato de la competición dejaron de depararle eliminatorias a priori tan asequibles, reduciéndose las visitas txuri-urdin a conjuntos de Segunda B a las campañas en que el equipo guipuzcoano ha jugado torneos europeos.
algeciras y oviedo El siguiente conjunto realista en enfrentarse a un partido como el de ayer fue el de Jagoba Arrasate, en la campaña 2013-14, la de la disputa de la Champions. El bombo deparó a la Real un enfrentamiento con el Algeciras que el equipo resolvió con holgura. Eso sí, tras empatar en tierras andaluzas. Antoine Griezmann adelantó a los guipuzcoanos antes de que llegara la igualada local, y el posterior 4-0 en Anoeta. En aquella misma temporada, la visita a otro rival de Segunda B, el Racing de Santander (en cuartos de final), no llegó a tener lugar al negarse los cántabros a competir, en actitud de protesta ante los impagos de la directiva.
Finalmente, llegó el curso posterior, el 2014-15. En él el equipo no disputó ninguna liguilla europea, pero el simple hecho de haberse clasificado para la frustrante previa de Krasnodar ya le otorgó etiqueta de equipo continental en el primer sorteo de Copa. Le cayó en suerte el Real Oviedo, entonces en la categoría de bronce, y los entonces dirigidos por David Moyes no pasaron del empate sin goles en el Nuevo Carlos Tartiere. El encuentro de vuelta lo resolvió Alfred Finnbogason marcando los dos goles que dieron el billete al cuadro txuri-urdin.