Donostia. La tercera competición del año ya está aquí. La Copa, ese torneo que menosprecian anualmente casi todos los clubes hasta que alcanzan rondas ilusionantes, recibe a los equipos europeos que se presentan a la cita cargados de partidos en las piernas. La Real no es ajena a ese estrés por acumulación y viaja a Lleida para afrontar un duelo para el que ha rebajado notablemente su tensión. Hace mal. Los realistas no pueden olvidar que aún les persiguen el fantasma de los 25 años de ridículos en un campeonato que otrora hizo las delicias de su gente por su emoción y lo imprevisible de sus sorteos y eliminatorias.

No lo va a tener fácil el conjunto blanquiazul, y a las referencias de esta semana nos remitimos. Gente con pasado en la entidad ilerdense ha anunciado que le espera un escenario y un ambiente de Primera División (ya se han vendido 8.000 de 13.500 entradas), y un rival en buena racha, que actualmente es tercero en el grupo tercero de Segunda B. En la famosa maldita lista de cadáveres hay varias eliminaciones ante adversarios de la tercera categoría, por lo que cualquier tipo de exceso de confianza se puede pagar con un precio muy elevado.

Eusebio volverá a hacer cambios. En esta ocasión, se espera que su austera política de rotaciones que acometió el curso pasado en la Copa se agudice para dar minutos a los menos habituales. Toño Ramírez por fin podrá tener la oportunidad de redebutar con la Real, año y medio después de su vuelta. En la defensa, lo normal es que entre Gorosabel, con Raúl Navas e Iñigo Martínez en el centro, y De la Bella en la izquierda. En el centro del campo, Pardo, Illarra, si se recupera de un golpe, y Canales o Guevara tendrán su oportunidad. Y arriba, se dan por seguros a Januzaj y Bautista, mientras que el tercero será el cántabro o Juanmi.

El Lleida, en racha El conjunto catalán ha sumado diez de los últimos doce puntos en juego en Segunda B. Su única baja será la del centrocampista Noel Carbonell. Su futbolista más destacado es el delantero Nierga, un referente de la categoría en los últimos años.