Si ese misil de Willian termina en el 2-0, otro gallo habría cantado. Si Juankar hace el 1-3, ni te cuento. Al final, empate en Anoeta, en San Mamés y en Vila-real. Todo sigue igual y, aunque ahora sepa a poco, conviene destacar la importancia del gol de Bautista. Respecto al Athletic, permite adelantarle con un empate en Vigo si ellos pierden en el Calderón. Y respecto al Villarreal, le obligas a ganar en Mestalla en el caso de que tú lo hagas en Balaídos.

Para eso dio ayer lo meramente deportivo, que se queda corto si tenemos en cuenta que Anoeta dijo adiós a Mikel González. Así, despachado en una simple frase, suena a anécdota. Pero no lo es. Resulta curioso y llamativo, de hecho, que su despedida se viera escenificada el día en que el club se había tenido que estrujar los sesos para llenar el estadio. Seguro que en la baja afluencia de espectadores esta temporada han influido muchos factores. Yo sitúo entre ellos la política que, a la hora de confeccionar la plantilla, están siguiendo últimamente desde los despachos de la entidad. No sé si es buena o mala. Acertada o equivocada. Pero sí estoy seguro de que se aleja de lo que tradicionalmente ha sido la Real.

De acuerdo. Si todo va bien, la próxima campaña jugaremos un porrón de partidos. Pero a uno le cuesta mucho entender que este club salga al mercado para buscar futbolistas que, a priori, partirán con el cartel de suplentes. Es lo que le sucederá al jugador que, dicen, va a fichar la Real para relevar a Mikel. Un Mikel cumplidor que, además, es (todavía) uno de los pilares del vestuario. Igual ahora traen a un defensa que alcanza a pelearle el puesto a Raúl Navas, o incluso a quitárselo. Del mismo modo en que el rendimiento de Juanmi está siendo tan perjudicial para Bautista como incuestionablemente bueno. Pero... ¿Hacia dónde vamos? Cuidado, que el momento es clave. Y la pregunta, ninguna tontería. Ayer, desde el fondo sur, un aviso a navegantes: “Etxeko jokalariak zaindu behar dira”.