Una misión casi imposible
El Madrid se llevó los tres puntos gracias a un imponente cabezazo de Bale a falta de once minutos ante una Real sin recursos ni armas
La Real perdió contra el Madrid sin nada que objetar. Cuando no se puede, porque es imposible, se admite la inferioridad y se acepta la derrota como buenos deportistas. Es cierto que la forma en la que se consumó el 0-1, con un gol a falta de once minutos para el final cuando el partido estaba nivelado y aparentemente controlado, provoca que escueza un poco más de la cuenta, pero sería injusto discutir la justicia de la victoria blanca, que le volvió a situar como líder provisional del campeonato ayer a las 18.00 horas.
El conjunto que entrena Zidane demostró ser muy superior sobre todo desde el punto de vista físico. Los blancos parecían atletas mientras los realistas siempre daban la sensación de ser más pequeños, más lentos y menos fuertes. El mejor ejemplo es la mala bestia de Bale, quien no duda en asumir galones en ausencia de Cristiano, y que remató casi todos los balones que buscó en el área realista. El más importante de todos, el del gol tras ganar en el salto a un buen cabeceador como Aritz Elustondo, que no tuvo más remedio que rendirse a la evidencia.
Durante las horas previas, la prensa madrileña nos aburrió a todos con las posibles bajas con las que se iban a presentar en Anoeta. Poco les importaba que el anfitrión les aguardaba con una plaga de lesiones que afectaron a varios de sus pilares básicos.
Presentarse a la cita ante uno de los equipos más poderosos de Europa, frente a la que probablemente es la plantilla más completa que existe actualmente, sin Iñigo Martínez, Carlos Martínez, Raúl Navas, Canales, Agirretxe y Jonathas es una losa casi insalvable. Si a eso le añadimos que la Real ya no tenía nada en juego y que el Madrid ponía en liza sus últimas opciones para llevarse el título de Liga, apaga y vámonos.
Eusebio alineó un once en el que había nueve guipuzcoanos, más Rulli y Bruma, que era la gran novedad además de la suplencia de Reyes. Inesperado lo del mexicano que estaba actuando a un gran nivel y que venía de ser el mejor en El Madrigal.
Difícil inicio Pronto se vio que iba a ser una tarde complicada para los blanquiazules. El Madrid salió mucho más enchufado y atinado. Con un Bale imparable, los blancos generaron hasta cinco ocasiones para adelantarse en los primeros veinte minutos. Solo la buena actuación de Rulli salvó a los locales. James dispuso de las dos primeras, y Bale, en otra dos ocasiones, y Ramos rozaron la diana de cabeza.
La Real consiguió equilibrar el duelo, sobre todo gracias un notable Zurutuza, que abarcó mucho campo y que dio aire a los suyos con sus cabalgadas. El de Rochefort fue el primero en probar a Keylor con un disparo muy lejano. Y Xabi Prieto, con un tímido remate también encontró la respuesta del costarricence.
James de nuevo y, sobre todo, Nacho, que se quedó solo ante Rulli, desperdiciaron las últimas ocasiones merengues, mientras que Zaldua, en una preciosa combinación conducida por Zurutuza, no encontró portería con un disparo complicado antes del descanso.
bale, el mejor En la reanudación, Bale volvió a cabecear otro córner a lo dos minutos. La superioridad blanca no era tan manifiesta, aunque a la Real le costaba un mundo alcanzar el área blanca y cuando lo hacía infundía menos miedo que una escopeta del Monte Igeldo. En los 90 minutos Keylor Navas solo hizo una parada de mérito y fue en la prolongación. Con eso queda todo dicho.
La sensación en todo momento era que cuando el Madrid marcara se acababa el choque. Y así fue. Bale se encontró con el pie de Rulli en un chut a bocajarro tras un error grave de Yuri, que no tuvo su día.
Antes del gol blanco, solo Bruma con un disparo lejano inquietó algo al centroamericano. El argentino volvió a sacar otra mano milagrosa en una buena rosca de Jesé, que fue quien revolucionó el duelo y el que activó al Madrid para que acabara sellando su triunfo.
La acción clave del choque llegó a once minutos para el final, cuando Lucas Vázquez puso un gran centro desde la derecha y Bale conectó un testarazo imponente por encima de Aritz Elustondo que poco más pudo hacer.
En el arreón final, Zurutuza dispuso de la mejor oportunidad txuri-urdin, pero su remate, también con la testa, lo detuvo un atento Keylor.
sin recursos La Real no pudo alimentar su leyenda de matagigantes ante un Madrid que no se sabe muy bien por qué se siente mucho más cómodo que el Barcelona en Anoeta. Fue una pena, porque a los blanquiazules les faltaron recursos y armas para competir. Con lo que tenía ayer, sin delanteros centros y sin su mejor defensa, la misión de alcanzar otra victoria de enjundia que diera la vuelta al mundo era imposible.
Lástima, porque significaba el único reto ilusionante que le quedaba en esta desesperante y decepcionante temporada. Lo mejor para esta Real y para su afición es que acabe cuanto antes sin generarse más enemigos y sin más lesiones que lamentar. l