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Sembrar para el futuro

últimas ocho jornadas los éxitos más recientes en la historia realista, el subcampeonato, el ascenso y la cuarta plaza, vinieron precedidos de buenos finales en la campaña anterior

Sembrar para el futuro

donostia - La Real afronta desde hoy el tramo final de la temporada. Después de tres días consecutivos de descanso, la plantilla txuri-urdin regresa al trabajo en las instalaciones de Zubieta (11.00 horas, a puerta abierta) con ocho partidos de Liga por delante y, en primera instancia, la necesidad de sumar al menos cuatro puntos para no ver peligrar la permanencia. Se trata de un objetivo básico, la meta inicial de aquí al 15 de mayo, pero el epílogo liguero esconde, por encima de circunstancias clasificatorias, la necesidad de terminar bien la campaña. La historia reciente del club deja bien a las claras que hacerlo supone poner la primera piedra de cara a posibles éxitos venideros.

el subcampeonato En junio de 2003, Gipuzkoa celebró a medias el sobresaliente subcampeonato de la Real. Lo cierto es que a aquel equipo entrenado por Denoueix se le escapó una buena oportunidad de alzar el título liguero, pero la campaña resultó exitosa se mire por donde se mire. La segunda plaza txuri-urdin comenzó a fraguarse durante el ejercicio anterior, en cuyo tramo final se edificaron las bases sobre las que terminaría construyéndose un auténtico equipazo. Aquella Real dirigida por Roberto Olabe necesitó un buen sprint final en la campaña 2001-02 para salvarse. Sumó catorce de los últimos 24 puntos disputados, y vino así a coger carrerilla para lo que vendría después. Al equipo acababan de llegar en enero Westerveld, Nihat y Kovacevic; Xabi Alonso apuntaba cada vez más alto; y el fichaje de Valery Karpin durante el verano de 2002 supuso la guinda del pastel.

el ascenso Una de los temporadas injustamente peor valoradas de la Real durante los últimos tiempos es la 2008-09, la segunda tras el descenso. Los txuri-urdin solo fueron sextos en la categoría de plata y ni siquiera optaron a subir, pero forjaron la base del posterior ascenso de la mano de Juanma Lillo, en pleno maremoto de la Ley Concursal, con una economía de guerra y una plantilla cortísima, ante las dificultades que encontró el club para reforzarse. Los Carlos Martínez, Ansotegi, Mikel González, Markel Bergara o Imanol Agirretxe aprovecharon para adquirir horas de vuelo de cara a la campaña posterior, que supuso el regreso a Primera con Martín Lasarte. Pese a que alcanzaron sin opciones el tramo final del campeonato, los blanquiazules no bajaron los brazos durante la primavera de 2009 y continuaron compitiendo siempre. Terminaron aquella temporada, aparentemente intrascendente, sumando también catorce de los últimos 24 puntos en juego, generando una inercia que luego sería aprovechada.

la cuarta plaza En junio de 2013, la Real certificó en Riazor su billete para la previa de la Champions, con Montanier en el banquillo. Era la segunda temporada del galo como técnico txuri-urdin, tras comenzar a construir durante la primera un equipo ganador. Los blanquiazules terminaron la campaña 2011-12 con buenas sensaciones tras un arranque muy dubitativo. El último encuentro de Liga, la despedida de Mikel Aranburu en Anoeta contra el Valencia (1-0), sirvió para que la hinchada escenificara la ilusión generada por una Real que un año después confirmaría todas las expectativas. En las últimas ocho jornadas, sumó once puntos y solo perdió un partido.