Semana para olvidar
La suave sesión recuperatoria dispuesta ayer por Eusebio en las instalaciones de Zubieta, a la que en esta ocasión sí acudió Carlos Vela, cerró ayer una semana negra para los intereses de la Real Sociedad. El equipo le puso el epílogo en lo deportivo el sábado, perdiendo en Vigo, pero la sucesión de acontecimientos trasciende el terreno de los resultados y afecta a la imagen del club a nivel institucional. El lunes a las siete de la mañana, el mexicano salía de una discoteca madrileña para ausentarse horas después del entrenamiento en Donostia. Transcurridos solo cinco días, el sábado por la tarde lucía el brazalete de capitán, circunstancia que no ayudó precisamente a que las heridas generadas cicatrizasen.
El historial, a estas alturas, es de sobra conocido por todos. Vela llegó el miércoles al entrenamiento y dio explicaciones a directiva, cuerpo técnico y vestuario. Eusebio Sacristán tomó la decisión de apartar al de Cancún del grupo por espacio de una semana, pero la decisión quedó revocada el día siguiente, el jueves, tras una conversación del entrenador con las cabezas visibles de la plantilla. Los futbolistas le recomendaron que reintegrara al mexicano en el grupo, al considerar verdadero su arrepentimiento, pero en ningún caso mediaron para que el delantero fuera incluido en la convocatoria para Balaídos.
En la lista Tal circunstancia se produjo el viernes, con el maya figurando en la lista de 18 integrantes de la expedición a tierras gallegas. La decisión de Eusebio a este respecto no se vio influida por las conversaciones mantenidas con los futbolistas, pero sí fue cocinada en contacto con el despacho del director deportivo. No hay que olvidar que Vela es un futbolista llamado a abandonar el club este verano, y que a esto hay que unir que tiene contrato en vigor, por lo que cabe evitar a toda cosa que se devalúe en el mercado. Por ello, que viajara a Vigo y no se quedara en Donostia fue considerada como la mejor opción, aunque luego no actuara de inicio y se quedara en el banquillo.
Cuando parecía que todo se había encarrilado y que tocaba centrarse en la trayectoria del equipo, en Balaídos se produjo una circunstancia que supuso una nueva vuelta de tuerca en toda la polémica. Tras el cambio de Xabi Prieto, Carlos Vela terminó el partido luciendo el brazalete de capitán, algo que no ha terminado de sentar bien en un sector importante del vestuario, que entiende que, tras la readmisión en el grupo del jueves, solicitada por los propios jugadores, club y cuerpo técnico han dado demasiado protagonismo al mexicano.